Tulio Zuluaga: Rebelde pero de buen corazón

Autor: Carmen Vásquez Gómez
18 junio de 2017 - 02:00 PM

No es fácil y nunca será fácil llegar y arrancar a preguntar de lo humano y divino a un personaje público. Pero hay seres que mi Dios echó al mundo que se salen de esa multitud de igualdades humanas. Vienen a la tierra con la agenda en la mano, un numeral de oficios, sueños, deseos que los cumplen y van tachando renglón por renglón. Desde pelao, Tulio Zuluaga ha tenido claro lo que quiere.

Medellín, Antioquia

Dialoga con una facilidad inmarcesible, sin miedos a preguntas y muy lejos de aquello de…"de esto o lo otro no me vayas a preguntar”.

Un barranquillero que nació en un mes de octubre a primeras horas de una mañana cuando ese sol del Caribe comienza a pintar el oleo de naranjas rojizos, un niño marcado con signo Libra y ascendente Libra.

Aquí se hace su definición: es equilibrado, aunque ha tenido épocas en las que una de esas balanzas se ha inclinado más a aquello que no debería de ser según su signo astral…como los dolores de cabeza que le dio a su papá siendo muy jovencito por lo de llegar tarde, rumbear, cantar, beber.

Conozca tres temas de muy buen gusto.

Hogar de papá mediador y mamá protectora, dos hermanas que hoy día viven en España. Hogar de padres separados. Los tres como hijos comprensivos y conociendo la realidad debajo del techo de casa, comprendieron esta separación como la mejor solución, pero lo que dio duro fue eso de que mis hermanitas se quedan con mamá y el pelao se va con su papá.

La nevera de Bogotá fue su segundo hogar después de la calurosa Barranquilla. Pero esta separación no lo marcó en sus sentimientos. Siempre pensó y sigue pensando que el matrimonio debe ser feliz, que es una empresa a la que hay que invertirle mucho tiempo.

Filosofía de vida que le ha dado buen resultado en 22 felices años que lleva unido a Alejandra Mejía su esposa, quien desde que la vio fue flechazo absoluto. Lógico que este pensar y filosofía vienen desde que se empacaba todo aquello que tuviera que ver con energías, historias y pensamientos orientales.

Un seguidor de Siddhartha. Es más, su vida se basa en la espiritualidad, en creer en un ser superior que lo es todo. Pero eso sí, no le impone nada a nadie, ni siquiera a sus hijos, todos bautizados pero cada uno con un pensamiento y un sentir libre.

De aquí que no pelea con nadie y menos entrar en discusión de “quién tiene la razón”, porque siempre alguno queda ofendido. Esta faceta de Tulio es sorprendente y yo me quedo pensando si esa herencia de su padre que estudió y creció en un monasterio y llegó a ser sacerdote…pueden ser  “energías” heredadas.

Muchos creen que el lujo da poder y exclusividad. Lea y decida su criterio usted.

Un Tulio que desde joven lo que se le metió en la cabeza lo sacó adelante. Cantante y con buenas grabaciones que llegaron a primer lugar, hasta que llegó la voz de Carlitos Vives y a ese estilo no se le apuntó.

Actor en la televisión desde los 12 años cuando participó en Pequeños Gigantes y sigue con cantidades de series y telenovelas, trabajó de mecánico en Barrio Triste, montó taller, fue concesionario Fiat por una de esas cosas que solo le pasan a uno en un millón…resulta que toda la vida quiso tener un carro Fiat, se lo compró nuevecito en Bogotá, billete sobre billete y el día que lo compró se venía a Medellín y en la mitad del camino se le varó y hasta ahí llegó, porque casualmente ese día cerraron las concesionarias Fiat.

Esto para él no fue un problema, el pensó que muchos estarían en las mismas y como había estudiado mecánica automotriz, el resultado es que durante diez años fue famoso su Tecniauto Fiat.

Es un Tulio cariñoso y respetuoso, buen hijo buen padre. Durante toda la entrevista no cogió para nada su celular, solo para saludar a su mamá con  un...”hola mami”. A sus hijos les hace lectura todas las noches de historias que los hagan pensar.

Todos son bautizados, pero lo que le interesa es su espiritualidad, no su religiosidad, que sean buenos seres humanos, que siempre sepan dar gracias. A cada uno le tiene un mantra. Le encantaría que uno de sus hijos fuera cocinero. Solamente una vez en la vida le leyeron la carta astral y por exigencia laboral de Discos Fuentes.

El cuento de la cocina lo ha tenido siempre a su lado como una predicción, desde hace muchos años cuando una bruja por allá en su casa siendo pelao y viendo lo inquieto que era dijo: este peladito no va a servir sino para tragar.

Diez chicas y un joven, suman once, los mismos que se unieron para darle vida a la colección “Buenos hábitos”.

Y como si le hubieran puesto la cuchara en la mano. Miren lo que es hoy el cuento de Tulio recomienda. Toda una empresa sin límites de imaginación, porque de una sencilla tortilla empacada se inventó una deliciosa empanada. Y eso que nadie le enseñó a cocinar, aprendió solo desde niño cuando ponía un banquito en la cocina para alcanzar en la estufa y hacer sopas.

Todo lo experimentaba. Un día se le dio por hacer pastas con fríjoles y todo el mundo lo criticó. Pero cuando fue a Italia se encontró con este plato…pastas y fríjoles.

Recuerden a “Gastrosofía”. Ya su revista va en segunda edición  y el futuro es un libro que viene en camino y será algo novedoso.

  •  LO QUE MÁS LE GUSTA: un tamal y un sancocho.
  •  UNA PERSONA QUE ADMIRE POR SU COCINA: a la negra Maura.
  •  SU OPINIÓN DE CÓMO VAMOS EN GASTRONOMÍA: muy bien, pero queremos meter a la fuerza la cocina colombiana con muchos inventos y así no es.
  •  SUS FRASES: "El fracaso se me volvió libertad, por eso me gusta empezar de cero", "He sido rebelde pero de buen corazón y leal", "Para mi cocinar es como una meditación", "La buena alimentación depende de cómo cocinas y qué es lo que comes".

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