Transformación social y cambio, rol protagónico de la mujer 

Autor: Cindy Catalina Florez López
5 marzo de 2017 - 02:00 PM

Hace 40 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó un día para celebrar los derechos de la mujer y la paz internacional. Así, cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, el cual tiene como objetivo hacer una reflexión sobre los avances alcanzados por las mujeres.

Medellín

El primer acuerdo internacional que consagró el principio de igualdad de género se estableció en la Carta de las Naciones Unidas, que se firmó el 26 de junio de 1945 en San Francisco, al terminar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional, y entró en vigor el 24 de octubre del mismo año. En la misma, se indicó que las naciones deberían de trabajar conjuntamente por el respeto de los derechos humanos y a las libertades sin hacer distinción de sexo.

Sin embargo, 72 años después y aunque las mujeres han ganado “voz y voto” en terrenos que antes eran impensables, tales como la política, la economía, la academia y hasta en la misma Iglesia, siguen luchando para alcanzar esa igualdad efectiva en todos los aspectos de su vida; la inequidad salarial y el acceso a oportunidades, sólo por citar algunos ejemplos.

Según la Organización de las Naciones Unidas, las desigualdades entre el hombre y la mujer están muy arraigadas en las sociedades. “Las mujeres están mal representadas en los gobiernos, los parlamentos y los consejos de administración de las empresas. Tampoco tienen acceso a un trabajo decente, se enfrentan a la segregación ocupacional y sufren diferencias por su sexo. A veces también se les niega el acceso a la educación básica y a los servicios de salud y, en todas las regiones del mundo, son víctimas de la violencia y la discriminación”.

Según el informe que desde 2006 realiza cada año el Foro Económico Mundial (WEF) sobre el grado de desigualdad entre hombres y mujeres, la brecha entre ambos géneros no será posible de cerrar hasta dentro de 170 años. El reporte, que analizó los avances en aspectos como la educación, la salud y supervivencia, las oportunidades económicas y el poder político, reveló que en el 2016 la brecha entre hombres y mujeres en Colombia superó el 31%, situándose entre los peores lugares de Latinoamérica.

Respecto a esta situación, Martha Ordóñez, consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, indicó: “Hay que hacer un reconocimiento a las luchas y a las conquistas de las mujeres por reivindicar sus derechos humanos, para tener un empleo digno, para transitar con libertad en cualquier espacio público, para recibir atención médica, para educarse, para acceder a créditos, para poseer la tierra, para ser elegidas, ocupar altos cargos, a ser autónomas y a decidir sobre su cuerpo, a vivir vidas libres de violencia, en esta misma linea está nuestro compromiso desde el Gobierno y de todos los colombianos, especialmente los hombres quienes deberían de ser garantes de los derechos, de defender la igualdad en los espacios sociales y económicos”.

Antioquia, por ejemplo, es uno de los departamentos del país que le han apostado a la transformación social desde el enfoque de igualdad de género, muestra de ello es que fue pionero en la integración de una Secretaría de las Mujeres en los planes de la Gobernación.

“El proceso de equidad de género es una evolución y todos los días vamos ganando más y más espacio. El trabajo que estamos haciendo es muy poderoso y alcanzamos a llegar a 124 municipios formando mujeres en los temas de equidad de género, derecho, finanzas personales; las mujeres se están formando y apoderando de áreas concretas, tenemos un modelo para enseñar a las mujeres emprendedoras a formar empresas, en derechos de participación política y comunitaria, en ser propietaria, salud, autocuidado. Las mujeres estamos avanzando haciendo parte de procesos sociales, gubernamentales, el el fortalecimiento de asociaciones, en educación, vamos a presentar un acuerdo municipal para que en las empresas existan políticas de equidad de género. Estamos luchando por nosotras mismas, por nuestros derechos”, precisó  Luz Imelda Ochoa, secretaria de las mujeres de Antioquia.

Vida laboral y mujeres

El tema central del Día Internacional de la Mujer de este 2017, según la ONU, será Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030, puesto que, “por un lado, los avances tecnológicos y la globalización brindan oportunidades sin precedentes. Por otro lado, están en aumento la informalidad laboral, la desigualdad de los ingresos y las crisis humanitarias”.

En este contexto, apenas el 50% de las mujeres en edad de trabajar están representadas en la población activa mundial, frente a un 76% en el caso de los hombres. Es más, una abrumadora mayoría de las mujeres trabaja en la economía informal, o trabajos de medio tiempo, se concentran en empleos peor remunerados y con menos cualificaciones, con poca o ninguna protección social.

Según el análisis del Grupo de Alto Nivel Sobre el Empoderamiento Económico de las Mujeres del Secretario General de las Naciones Unidas, para lograr la igualdad en el lugar de trabajo será preciso ampliar las oportunidades de empleo y de trabajo decente. A tal fin, los gobiernos deberán realizar esfuerzos concertados para promover la participación de las mujeres en la vida económica; los colectivos importantes, como los sindicatos, tendrán que prestar su apoyo; y se deberá dar cabida a la voz de las propias mujeres para generar soluciones que permitan superar las barreras actuales a la participación de las mujeres. “Hay mucho en juego: si se logra avanzar en la igualdad de género, podría darse un impulso al PIB mundial de US$12 billones de aquí a 2025”.

Respecto a esta situación, Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora Ejecutiva de ONU Mujeres, expresó que también es preciso actuar con determinación para eliminar la discriminación que las mujeres encuentran en múltiples frentes, que convergen más allá del tema del género: la orientación sexual, la discapacidad, la edad avanzada y la raza. Estos factores contribuyen a la desigualdad salarial.

A la par, Chidi King, directora del Departamento de Igualdad de la Confederación Sindical Internacional (CSI), principal organización internacional de sindicatos que representa los intereses de las trabajadoras y trabajadores en todo el mundo, precisó que “al entrar en el mercado laboral formal, el trabajo remunerado de las mujeres y su rol como trabajadoras tiende a considerarse como secundario o complementario a su rol principal de “ama de casa”. Esto, a su vez, repercute en la forma en que son remuneradas. Aunque tengan cualificaciones similares o mejores que los hombres, las competencias de las mujeres no se valoran del mismo modo que las de ellos, y su evolución profesional es más lenta.

Según el Observatorio Público de Empleo, en  2016 la tasa de desempleo de las mujeres colombianas era del 11,8%, casi el doble que la de los hombres con un 6,7%. A esta situación se le suma que las mujeres cobran, en promedio, 24% menos que los hombres.

“Seguimos en proceso de discriminación. Todavía nos falta mucho, en el nivel profesional básico,  pregrado, hay cifras que indican que estudian más las mujeres. La empresa es un lugar donde nos estamos equiparando. Sin embargo, en cargos directivos no, siguen existiendo brechas”, indicó Ochoa, quien además señaló que en términos de salarios “hay una diferencia entre el 17% y el 20% del pago por hacer el mismo trabajo. Sólo por ser mujeres nos pagan mucho menos”.

La respuesta está en la educación y en la transformación social

“Queremos construir un mundo del trabajo distinto para las mujeres. A medida que crecen, las niñas deben tener la posibilidad de acceder a una amplia variedad de carreras y se las debe alentar a realizar elecciones que las lleven más allá de las opciones tradicionales, en las áreas de servicio y atención, y les permitan conseguir empleos en la industria, el arte, la función pública, la agricultura moderna y la ciencia. Tenemos que iniciar el cambio en el hogar y en la etapa escolar más temprana, para que no haya ningún lugar en el entorno de una niña o un niño donde aprendan que las niñas deben ser menos, tener menos y soñar a menor escala que los varones”, dijo Phumzile Mlambo-Ngcuka.

La Educación es el instrumento que ayuda, tanto a hombres como a mujeres, a definirse como ciudadanos, a mejorar la calidad de vida, encontrar una vocación, buscar una estabilidad social y crear un proyecto a futuro. Con estas definiciones podría pensarse que el causar de la brecha de género en el país sería la falta de acceso a la educación por parte de las mujeres.

Sin embargo, en Colombia las mujeres evidencian un nivel educativo ligeramente mayor al de los hombres y su tasa de analfabetismo a partir de los quince años en adelante está entre uno y cuatro puntos por debajo de la tasa masculina. Igualmente, en el país se registró que las mujeres están dos puntos porcentuales por encima de la escolaridad masculina. De hecho, las mujeres que hacen parte de la población económicamente activa tienen mayor nivel educativo que los hombres, según el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (Snies).

Ante este panorama, se puede descartar el factor educación en causal de la brecha de género en el país. Entre tanto, Luz Imelda Ochoa aseguró que el proceso para derribar esas barreras está en evolución. “La transformación social se da en el instante en el que la mujer decide. Ella es quien, al decidir transformar su vida, transforma su entorno. Si sigue quieta en su casa, si no sigue avanzando en su proceso y no toma la decisión de transformarse, no va a transformar su sociedad. Vamos avanzando, sin desespero pero con certeza y claridad. Hemos escogido los derechos como nuestra forma de evolución”.

Día Internacional de los Derechos de las mujeres

En marzo de 1908, más de 15.000 personas exigieron en las calles de la Gran Manzana mejoras salariales, condiciones laborales dignas, reducción de jornada laboral y derecho al voto. Eran las herederas de las obreras del textil neoyorquino que ya en 1857, también en marzo, comenzaron a movilizarse por sus derechos laborales hasta crear sus propios sindicatos dos años más tarde.

Nuevas protestas, en marzo de 1911, se vieron respaldadas por el trágico incendio de la fábrica Triangle Shirtwais de Nueva York, el 25 de ese mes, en el que murieron 146 trabajadores, la mayoría mujeres, debido a la falta de medidas de seguridad.

Aproximadamente cuatro años más tarde, durante la Primera Guerra Mundial y la Revolución Soviética, se escogió esta fecha para que las mujeres se posicionaran unidas en contra de las tiranías y a favor de la paz y la igualdad.

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