El mercado de suplementos deportivos ofrece una gran cantidad de productos dietéticos. Johana Montoya, nutricionista deportiva y docente de la Universidad de Antioquia, indicó que los suplementos deportivos se recomiendan consumir como un factor anexo, “no como remplazo a una buena alimentación”.
La experta precisó que los suplementos deben ir acompañados de una alimentación balanceada, de ejercicio físico “y, por supuesto, con la asesoría de un profesional de la salud, preferiblemente un nutricionista experto en el tema”. 
Juan Camilo García, licenciado en Educación Física de la Universidad de Antioquia y entrenador personal destacó la utilidad de los suplementos proteínicos para ganar masa muscular, pero señaló que con una alimentación balanceada y planificada adecuadamente también se pueden conseguir los resultados deseados.
“Muchas personas consumen suplementos deportivos por lo que recomiendan los entrenadores de los gimnasios, pero ellos no son la fuente de información más adecuada”, puntualizó Montoya y alertó también que la mayoría de las recomendaciones que se encuentran en internet no son confiables.
Perfil del consumidor de suplementos dietéticos en usuarios habituales de centros de acondicionamiento físico, un estudio realizado por Gloria Martínez, Lina Martínez, Diana Cuesta, Diana Carrillo, Guillermo Salazar y, Melissa Castillo, investigadores de la Universidad Pontificia Bolivariana, con una muestra de 321 usuarios activos de diez centros de acondicionamiento físico evidenció que el 28,7% había ingerido suplementos en los tres meses anteriores: “Es mayor el consumo entre los menores de edad que en los adultos”.
Montoya indicó que a veces llegan “pacientes muy jóvenes queriéndose inyectar esteroides anabólicos, pero ni los nutricionistas ni los entrenadores pueden recomendarlos, solamente un médico, pues estos generan cambios a nivel hormonal. Hay que tener muchísimo cuidado, porque si bien se pueden obtener los resultados físicos deseados, tienen efectos secundario”.
La experta agregó que a menores de 16 años no les recomienda ni siquiera tomar suplementos de proteína, “aunque también influye el estado de maduración (…) No es aconsejable que un niño de 14 años consuma estos suplementos y menos sin supervisión”.
“Es preocupante el elevado consumo en menores de edad sin prescripción médica. Por tal razón, se advierte la necesidad de establecer medidas de control para evitar el abuso de estos productos. Se debe estimular a las directivas de los centros de acondicionamiento físico para que se acojan a un programa de farmacovigilancia, que evalúe el impacto del consumo desmedido de suplementos dietéticos en los usuarios de estos centros, y estimule la generación de hábitos saludables en esta población de acuerdo con su nivel de ejercicio y rendimiento físico”, recomendó el estudio.
Según reveló este estudio, los usuarios iniciaron a consumir suplementos principalmente por autoprescripción y, en menor medida, asesorados por personal de salud. Con relación a la frecuencia de consumo de suplementos dietéticos, el 72.8% de los consumidores afirmó tomarlos diariamente.
Montoya precisó que cuando una persona va a iniciar a tomar suplementos debe consultar con un profesional para hacer un diagnóstico de su situación: “Las recomendaciones dependen de la composición corporal. Por ejemplo, una persona con sobrepeso que quiere ganar masa muscular no debe consumir proteínas adicionales, sino restringir el aporte calórico. Se debe mirar los objetivos, el porcentaje de grasa y realizar exámenes clínicos”.
“De acuerdo con el Índice de Masa Corporal (IMC) de los usuarios consumidores, observamos que el mayor porcentaje de los consumidores presentaba un peso normal, 6.6% y 22.8% de los consumidores se encontraba con IMC bajo peso y sobrepeso, respectivamente. Sólo un usuario clasificado como obeso consumía suplementos dietéticos”, señaló el estudio.
Sobre la percepción general de los participantes en ese estudio sobre efectos nocivos asociados a los suplementos, “sólo un 22.4% afirmó tener conocimientos, destacando los metabólicos como los más frecuentes, 23.6%, seguidos de los cardiovasculares, 19.4%, y hepatorrenales, 13.8”.
Montoya concluyó que si se hace una adecuada ingesta de estos productos no hay riesgos para la salud: “No se deben consumir más de tres gramos de proteína por kilogramo de peso. Por eso si se toma una porción de proteína después del entrenamiento no hay riesgo de que haya sobrecarga renal. Eso sí, una persona que ingiera más de lo recomendable puede tener problemas. Lo importante es que estos suplementos sean un complemento para tener una alimentación balanceada”.