El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
En contra:1. El comunismo ha sido de las peores pesadillas de la humanidad en dolor humano.2. Los dos más grandes líderes comunistas de la historia han sido al mismo tiempo los mayores genocidas. Entre Mao y Stalin mataron por gusto sádico, ambición y supuesta venganza a un número de personas inocentes superior a la población actual de Colombia.3. La mayor parte de los comunistas que aceptan la democracia en el fondo de sus corazones sueñan de todos modos con reemplazarla algún día por un sistema comunista.4. En general los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo que no parezca un ataque contra una religión.5. En medio de los auténticamente idealistas hay un buen número de personas con ideas comunistas que las han usado y las siguen usando exclusivamente para obtener beneficios para ellos mismos y para personas que piensan como ellos.Lea también: El fin de la historiaA favor:1. Si no es por la izquierda comunista la democracia no se hubiera transformado y seguiría siendo casi una injusticia institucionalizada como en sus comienzos lo era.2. Ha habido líderes de ideas comunistas que gobernaron bien democracias, y muchos de quienes han sido alguna vez comunistas luego se vuelven excelentes gestores de la democracia.3. La idea básica del pensamiento de izquierda de que no es justo que una minoría tenga beneficios excesivos por la penuria de la mayoría es perfectamente legítima.4. Por más que Cuba sea una pesadilla cotidiana para sus habitantes por culpa de Castro, especialmente por haber puesto misiles nucleares, hay menos crimen que en casi cualquier otro lugar del mundo.5. Mal que bien, sigue siendo cierto que la democracia capitalista que los comunistas tanto critican tiene serios problemas de corrupción e injusta redistribución.
El llamado que hizo Rodrigo Londoño Echeverry, alias timochenko, por medio de una carta a los miembros de su movimiento para “mantener la calma y acatar las leyes”, fue apoyado por el Alto Comisionado para la Paz, Rodrigo Rivera, en su cuenta de Twitter.Importante llamado hoy del líder del partido Farc @TimoFARC a toda su base para cumplir el compromiso de obedecer la Constitución y la Ley. Y a no tener solidaridad con quien no lo haga. Valioso aporte a la construcción de paz https://t.co/AG2oqr4Kyf— Rodrigo Rivera (@Rodrigo_Rivera) 21 de abril de 2018Rivera compartió el mensaje en su red social agregando que era importante el llamado del líder del partido Farc a toda su base para cumplir el compromiso de obedecer la Constitución y la Ley, y a no tener solidaridad con quien no lo haga.En la carta titulada ‘Camaradas de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación’, Rodrigo Londoñohace un llamado a la serenidad y a la objetividad para reaccionar frente al mal momento por el que pasa la organización con una posible extradición de alias jesús santrich, aunque no lo menciona directamente en el documento.Le puede interesar:Alias el paisa deja el Etcr hasta liberación de alias santrich.Para el líder del partido Farc el principal patrimonio que deben cuidar “como la niña de sus ojos” es el “cumplimiento de la palabra y su autoridad moral y ética”.Alias timochenko además agregó que su objetivo como organización es “mantenerse en la legalidad y que, por lo tanto, todos sus integrantes deben acogerse sin excepción a ese precepto”.“En el momento en que firmamos el acuerdo aceptamos la Constitución y las leyes y es nuestro deber actuar ajustados a ellas. Quien no lo haga debe atenerse a las consecuencias y ahí difícilmente puede pedírsele solidaridad al partido”, escribió el líder exguerrillero.
Hace varios días el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, hizo unas declaraciones en las que asegura que en las pasadas administraciones se tuvo también emergencias ambientales y no se dieron a conocer sino que se ocultaron a la ciudadanía. Ante estos señalamientos, Carlos Mario Montoya Serna, secretario de Salud y Protección Social de Antioquia y exdirector del Área Metropolitana (2012-2015), salió a desmentir estas declaraciones y asegura que en años anteriores sí se dio a conocer la problemática, pero no se decretó una alerta porque no existían herramientas jurídicas para hacerlo.Para Montoya Serna, “las afirmaciones que ha hecho el alcalde de Medellín no se ajustan a la realidad. La situación ambiental en Medellín no es algo raro o extraño, es una situación que, por el contrario, todo hemos conocido”. ¿Por qué se da la nubosidad y lluviosidad sobre todo en el Sur del área?El funcionario explicó que “el valle de Aburrá es una taza, que tiene en el lugar más ancho 7 kilómetros de distancia, pero en las zonas más angostas que son el ancón Norte y el ancón Sur hay zonas donde solo hay 1 kilómetro de ancho, lo que hace que los vientos y la nubosidad, que entran generalmente por le magdalena medio, es decir por el Norte del valle de Aburrá, corren hacia el Sur, pero allí encuentran unas montañas donde atrancarse, por eso es que en Caldas se genera la lluviosidad, pero por eso es que también en el Sur del valle de Aburrá se presenta la mayor nubosidad y la mayor concentración de contaminantes. Esto ya lo conocíamos hace mucho tiempo”.“Si vemos el comportamiento desde el año 2010 hasta 2017, las mayores concentraciones de contaminantes que pueden ser perjudiciales para la salud como las partículas menores de 10 microgramos, las partículas menores de 2.5 microgramos y el ozono, los mayores porcentajes de concentración se han presentado hacia el Sur del valle de Aburrá, particularmente en los municipios de Caldas, Itagüí y Medellín. Pero en los últimos años esas partículas menores de 10 microgramos han venido disminuyendo su concentración en todo el valle de Aburrá”, agregó.Descalificación no acertadaCarlos Mario Montoya afirmó en diálogo con los medios que “nos ha llamado la atención las manifestaciones del señor alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, porque no es en este periodo de gobierno donde se han presentado ni las acciones ni donde se han presentado las preocupaciones por la situación de salud y del medio ambiente en el área metropolitana y nos preocupa mucho más que se quiera descalificar un equipo técnico de gran trayectoria que hay en el Área Metropolitana y una capacidad instalada que tiene el área hoy para vigilar, controlar y regular la situación ambiental en el valle de Aburrá”.Según el exdirector de la autoridad ambiental en el valle, “las acciones en toda el área metropolitana se vienen desarrollando desde 1999, no es solo en este Gobierno. Desde el año 1999 se estructuró el programa de Protección y Control de la Calidad del Aire en el Valle de Aburrá y se han venido desarrollando actividades hasta este año, entonces no es que en el valle de Aburrá se haya desconocido, desatendido u ocultado acciones sobre el tema de contaminación del aire en el territorio, esta ha sido una preocupación fundamental de las últimas tres administraciones del Área”.Acciones que se han implementado desde 1999 por el tema calidad del aire. Cortesía: Gobernación de AntioquiaEstas son las acciones que se han realizado por el Área Metropolitana por la calidad del aire en las tres últimas administraciones:El Secretario resaltó que desde su dependencia se hacen la pregunta de ¿cuál es la preocupación del alcalde Federico Gutiérrez por endilgar responsabilidades a otros sobre la contaminación del aire en el valle de Aburrá?, según Carlos Mario, “más le deberíamos preguntar nosotros a él ¿cuál es su preocupación frente a las acciones que no se han desarrollado en estos últimos tres años, que han hecho que en este último periodo se incremente sustancialmente las concentraciones de contaminantes posiblemente patógenos para el hombre”.“No es buscar responsables cuatro años atrássino que es buscar responsabilidades hoy, de qué se ha hecho o qué se ha dejado de hacer”, agregó.Además, el Secretario de Salud, afirmó que “el Alcalde aseguró que en el año 2014 hubo emergencias y no se notificaron, eso es falso, porque en ese año no hubo ninguna concentración sustancial en las dos fuentes de monitoreo que habían en el municipio de Medellín. Solo hubo un día en marzo de 2014 donde las dos estaciones superaron los mínimos permisibles”.Lea también:Salud, otro factor en la mira por la contaminaciónPero “en marzo de 2015 hubo seis días, pero en este mismo mes en 2016, cuando el Alcalde no hizo ninguna notificación de que hubiera emergencia ambiental o aumento de las concentraciones de contaminantes, la gran mayoría de los días hubo concentraciones en ambas estaciones. Lo que muestra cuál año fue peor y de qué forma se ha ido incrementado la problemática”.No había norma para determinar alertasSin embargo, Carlos Mario aclaró que “podríamos excusar al señor Alcalde y entender que no haya decretado ninguna alerta en 2016, porque para 2014, 2015 y aun 2016 no había norma que determinara que estos índices ameritaban establecer algún tipo de alerta en el valle de Aburrá. Solo y gracias a las actuaciones que desde el Área Metropolitana se hicieron en 2015 se establecieron los márgenes dentro los cuales se podían determinar las alertas, que se adoptaron finalizando el 2015 y se incorporaron como norma metropolitana en noviembre de 2016”.Por lo que el Secretario de Salud de Antioquia agregó que “creo que el Alcalde no ha estado debidamente bien informado o no conoce el tema de manera suficiente, porque durante los años 2015, 2015 y 2016, que fue el de mayor índice de contaminación, no existían normas ni regionales ni nacionales que permitieran establecer alertas. Sin embargo, en los años 2014 y 2015, a diferencia del año 2016, sí informamos que los índices de contaminación habían superado los mínimos permisibles, pero no establecimos alertas porque no existían normas. Fruto de ello fue que levantamos todos los elementos fundamentales para que se pudiera hacer el Acuerdo Metropolitano 16 y establecer la norma que hoy se aplica en el valle de Aburrá”.Acciones que se realizaron durante la administración pasada por el tema calidad del aire desde el Área Metropolitana:Del aumento de los niveles de contaminación expresó que “han sido iguales en el ascenso en los últimos tres años, en los años anteriores se venía manteniendo en un nivel estable, pero no desconocemos que hay un riesgo que lo generamos todos los ciudadanos en la medida en que contaminamos más, pero también hay que observar que hay medidas que se han dejado de tomar y que fruto de ello es el incremento sustantivo que se ha visto en los últimos tres años”.A la ciudadanía le dice que “no hay motivo al pánico que se está generando por esta situación, sí hay un riesgo y sobre este tenemos que tomar medidas, pero no hay evidencia técnica, medida desde el año 2008, que indique que hay un incremento sustancial en las patologías respiratorias, tanto en morbilidad como en mortalidad, a causa de la contaminación ambiental. No quiere decir que no exista o que no pueda suceder en el futuro, pero hoy no hay motivo para esa alarma que se está generando”.No se pueden ligar las muertes con la contingenciaEn el tema de salud, el Secretario informó que “no hay en el valle de Aburrá un indicador que nos demuestre que hay aumento de las patologías concentradas o en un año o en un municipio en particular; por el contrario, la incidencia de las patologías o la incidencia en fallecimientos en el valle de Aburrá se presenta aleatoriamente por años y por municipios, no coincide con los años en los cuales se han presentado las mayores concentraciones de patógenos en el ambiente”.Además, explicó que “hay dos años particulares que coinciden con periodos epidemiológicos también particulares y en 2019 vamos a tener mayor número de patologías respiratorias, porque estamos en un año que epidemiológicamente lo pronosticamos como de alto riesgo de dengue, chikungunya y enfermedades transmitidas por vectores que generalmente presentan patologías respiratorias. Entonces no necesariamente el incremento que se presenta en el año 2015 y 2016 es única y exclusivamente por la contaminación ambiental, porque no se presentan en los municipios donde hubo mayor concentración y no se corresponden patologías en cuanto a consulta con mortalidad”.Lo que queda demostrado, opinó el Secretario, es que “sí hay un problema, el de la contaminación, que es un problema que va creciendo, que está ligado íntimamente con la condición de salud de muchos ciudadanos, pero que hoy las cifras no son contundentes para determinar cuáles son las acciones que debemos tomar, no sabemos si el evitar que la gente haga deporte durante estos días va a disminuir o va a aumentar el riesgo de mortalidad, si el aumentar las horas del Pico y Placa va a aumentar o a disminuir el riesgo de mortalidad. Necesitamos cifras más contundentes y evidencia más técnica para poder proponer y para poder tomar medidas frente a la contingencia que hoy se está presentando. Sí estamos superando los niveles permisibles, sí estamos aumentando la contaminación del aire, sí se puede generar un riesgo, pero hoy no hay cifras contundentes que nos permitan decir que en el valle de Aburrá ha aumentado la morbilidad o mortalidad por patologías respiratorias ligadas al tema ambiental”.
I.En El Extranjero, de Albert Camus, novela publicada en 1942, hay, a escala, una representación del destino de Europa en dos guerras mundiales, la pérdida de la identidad del sujeto, el hombre convertido en una pavesa “al viento y al azar”. Es la simbolización de la apatía, del ya no me importa nada después del acabose. Hay en el protagonista de esta obra breve —que también, como otras muy famosas por sus primeras palabras, tiene un comienzo que trastorna al lector— una indiferencia por el transcurrir de las cosas, por la vida, por sus contradicciones. Meursault, un tipo sin ambiciones (así se lo dirá el patrón en algún momento cuando le propone irse a trabajar a París), es, por si hubiera dudas, un inyectado por las agujas hipodérmicas del desdén.La novela, con una estructura temporal que avanza en presente continuo, dividida en dos partes, comienza de un modo en el que se expresa una duda, una aparente despreocupación por un hecho si bien no fundamental, sí singular en la vida de alguien: “Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé”. Y en este encabezamiento hay una especie de condena, de actitud impasible, de aparente desprendimiento del mundo, que a un hombre como Meursault, despojado de prejuicios, lo puede perjudicar y hundir en el fango de las desventuras.Albert Camus (Dréan, Argelia, 1913 - Villeblevin, Francia, 1960) fue periodista, dramaturgo, ensayista y novelista. En 1957 recibió el Premio Nobel de Literatura.Habitante de Argel, el telegrama que le anuncia la muerte de su madre, lo hará viajar ochenta kilómetros en autobús a Marengo, pueblo donde está el asilo en el que él internó a su madre, cuando ya ninguno de los dos tenía nada que decirse. El extranjero, como el lector lo verá, es también una obra sobre la comunicación o, más bien, la falta de ella, con silencios y actos en los que la pronunciación de determinadas frases puede ser usada en contra del hombre que, en superficie, no exteriorizó ningún dolor ante la muerte de su mamá y, por el contrario, se mostró sereno, sin síntomas de ninguna pena. No es un tipo convencional.Lea también: La metamorfosis o el fracaso de vivirMeursault —gran observador— padece una especie de extrañamiento del mundo, aunque para él, todavía un hombre joven, la culpa no es un tormento. Ni siquiera es una posibilidad de desequilibrio emocional. La novela, narrada en primera persona (Meursault es el narrador-protagonista), muestra en su antesala al hombre en medio de ancianos, del féretro de su madre, del director del asilo y de la vejez como un escalón muy próximo al final. Todo lo que en esta fase se dice tendrá, después, un sentido (¿un sinsentido?), y más aún, una consecuencia. Fumar un cigarrillo muy cerca del ataúd de la mamá, tomar café con leche, no derramar ninguna lágrima, no aparentar ningún dolor por la ausencia definitiva de su progenitora, serán marcas que prevalecerán en el desenlace de la historia.Meursault (¿un hombre absurdo?) es la caracterización de un ser que al menos en la vida exterior es un despreocupado. Sabe que, aun sin creer en ningún dios, de tener una visión del trabajo como si fuera una irremediable condena, el mundo seguirá. Y él no podrá cambiarlo. Existe en su condición un destino ineludible, una intrínseca forma de no poder eludir nada. Así se irán concatenando circunstancias, hechos, sociabilidades, encuentros, casi todos en un mundo estrecho, en el edificio de inquilinato donde habita, en la oficina, en las relaciones con María (antigua compañera de trabajo y sensual amante), Raimundo, un sujeto que vive de las damas, como si fuera un cafishio; Salamano, el viejo del perro sarnoso; Celeste, el dueño del restaurante… Todos son parte de una retícula, de una azarosa predestinación a la que no se le pueden hacer esguinces. Como en una tragedia de Sófocles.Meursault sabe que ninguna muerte, ni siquiera la de su madre, cambiará nada. Ni acostarse con María. Ni servir de testigo a Raimundo para salvarlo de un juicio por maltrato a una amante. Quizá por eso, es un hombre que no se interesa por ningún cambio. Tal vez, aunque más que las palabras son los hechos los que lo van pintando, no es de los que se preocupa si las cosas siguen como están o no. Y, como el lector descubrirá, el amor no está hecho para él. Llega y listo. No hay una voluntad de alterar el curso de los acontecimientos.¿Por qué debe alguien sentirse desgraciado con la muerte de su madre? Es una pregunta que flota en el ambiente y puede ser que hasta la pronuncie un cercano a los eventos. En este punto, puede ser interesante conectar El extranjero con El mito de Sísifo, de Camus, que es un planteamiento acerca del absurdo, con una hipótesis clave: “No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no vale la pena vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía”.¿Cuál es el sentido de la existencia? ¿Tiene vigencia la razón después de la catástrofe de las dos guerras mundiales, de los campos de concentración, del exterminio del hombre por el hombre? “Lo absurdo nace de esta confrontación entre el en el libro El mito de Sísifo. Y estos avatares, estas sensaciones y preguntas se expresarán en un personaje como Meursault, a quien la existencia o inexistencia de Dios no le interesa ni es una preocupación vital. Da lo mismo.¿Y qué tiene que ver Meursault con Sísifo? Este personaje de la mitología griega, cantado por Homero, es condenado por los dioses a subir sin cesar una piedra hasta la cima de una montaña desde donde la roca volverá a bajar por su propio peso, haciendo que ese trabajo, esa labor del “proletario de los dioses”, fuera inane y se convirtiera en un eterno subir y bajar. “Trabajo inútil y sin esperanza”. Y la meditación de Camus va hasta encontrar que Sísifo es un héroe absurdo, “tanto por sus pasiones como por su tormento”. Está condenado a no acabar nada. A repetir una tarea siempre inconclusa, pero que, en el trayecto, sobre todo de vuelta para reanudar su pena sin fin, podrá reflexionar, tener nociones del tiempo, acceder a una conciencia sobre su atroz castigo. Y ahí, entonces, Sísifo será dichoso.II.En la novela de Camus el calor, el sol, las metáforas sobre espadas de luz, sobre espadas ardientes, las arenas playeras, son una clave para determinar algunos comportamientos del protagonista. El sol de Argel, un sol obnubilante, fabricador de sofocos, ¿un sol de justicia?, puede penetrar en el cerebro, quemarlo, ponerlo a delirar y luego hacer que un hombre que padece de extrañamientos dispare una vez, y después cuatro veces más, contra un árabe que ha esgrimido un cuchillo en una playa fatal.Y antes del crimen, hay una serie de hechos, de amarres literarios en pro de la narración, de situaciones que conllevan a que un domingo trágico María, Raimundo y Meursault vayan a visitar a Masson, dueño de una cabaña. Y que por allá, en medio de los paseantes, estén unos árabes, entre ellos el hermano de la muchacha que Raimundo oprobió. Un cúmulo de circunstancias, de miradas, de encontrones, de ganas de venganza se irá tramando. Y el sol, como un leitmotiv, pero a su vez como un elemento perturbador, enceguecedor, estará acompañando la irremediable construcción y desenlace de la tragedia.Portada de El extranjero, en su edición francesa.El sol resplandeciente, quemante, atronador. Con rojas fulguraciones, como una metáfora de sangre, como símbolo de la muerte y la violencia, estará calentando el cerebro de Meursault, que no podrá “vencer al sol y a la opaca embriaguez que se derrama sobre mí”. Y en esa primera parte de la novela, en la que el protagonista se pinta como el dueño de una ilimitada indiferencia por la vida, se vuelve a sentir con su canícula el sol, el mismo sol del día en que él enterró a su madre. No podrá librarse del sol ni de sus brillos enloquecedores. Es un condenado sin redención alguna. Un oficinista opaco que, de pronto, se ve transmutado en asesino. Qué absurda es la existencia.Todo está planeado (¿por los dioses? ¿por las circunstancias? ¿por el inexplicable destino?) para que Meursault se convierta en culpable, en asesino. El extranjero es una obra en la que, más que calor, hay un resplandor que ciega la razón, un encandilamiento de los sentidos, un ineludible camino hacia la desgracia. Y así, el hombre-absurdo, el que lleva una vida sin muchos paisajes, entrará en los terrenos pantanosos (también pueden ser arenas movedizas) de la ley y sus mecanismos.En El extranjero hay una particularidad: Meursault, tras el asesinato, se metamorfoseará. La segunda parte es como un despertar, una adquisición de conciencia y un apuntalamiento de las creencias y convicciones filosóficas de un ser que se enfrenta a un sistema envolvente. Sabe que no hay esperanzas. Es otro Sísifo. No tiene nociones del tiempo. Sentirá que todo es como un día, una repetición, una incesante permanencia en la celda. La misma espera. El mismo transcurrir, el mismo estar. Al principio, tendrá pensamientos de hombre libre; después, ante la opresión del encierro, sus pensamientos serán de presidiario.En aquella detención sabrá que la ley está “bien hecha”. Que contra ella no procede nada. La instrucción durará once meses. Y el hombre, que recibe una visita carcelaria de María, sabrá que no hay salida. Se enterará de la mediocridad del abogado defensor y de la suficiencia del acusador. Pondrá contra las cuerdas al cura, que queda como un entrometido, como una suerte de marioneta religiosa, un pelele de la sinrazón, y se dará cuenta de que la vida no vale la pena de ser vivida. A nadie le importa si mató a un árabe, pero sí es muy sospechoso y denigrante su comportamiento desusado ante la muerte de su madre, su falta de dolor, su ida a un cine con María para ver, pocas horas después de enterrar a la señora Meursault, una película del cómico francés Fernandel…Lo invitamos a leer: La filósofa de la pierna de paloEl extranjero es una novela que quema. Todo en ella está bien urdido, sin espectacularidades verbales, con tasa y medida de conexiones, de pistas, de entrecruzamientos de causa-efecto. Apenas lo necesario para montar un tinglado de tensiones con una narración de impecable factura literaria. El acusado, que sabe que no hay desgracia completa, aspira a la apelación, pero, en el fondo, presiente la condena. Sabe, sin decirlo, que es una representación del Mito de Sísifo, como una reencarnación de aquella entidad griega. Un ser que, en la segunda parte de la obra, se abre a la luminosidad del conocimiento.Meursault, ante la ley y ante la sociedad, es un desalmado. Un ser indolente. Una especie de cínico que puede hacer tambalear creencias, el estatus quo, lo establecido, las convenciones, la moral. Y así no merece vivir. Es un peligro. Solo la guillotina lo redimirá. Y librará de riesgos a los demás. Después de todo, de que la cuchilla (la ducha fría) “haga justicia”, el sol de Argel seguirá alumbrando. (Reseña a propósito del Seminario de Novela Europea siglo xx)
Después del Alzheimer, el Párkinson es considerada la segunda enfermedad neurodegenerativa más común, según la OMS. De acuerdo con esta organización, entre 7 y 10 millones de personas la padecen en el mundo. En Colombia, se estima que la cifra es cercana a los 72 mil pacientes.Al cumplirse 200 años de su descubrimiento por el neurólogo británico James Parkinson, especialistas enfatizan en la importancia de diferenciar entre los síntomas motores y los no motores que trae consigo este padecimiento, así como tener cuenta que los temblores no son la única señal para diagnosticarla a tiempo e iniciar un tratamiento oportuno.“No hay manera de prevenir la aparición de la enfermedad puesto que aún no conocemos la causa, pero sí se puede enfrentar mejor por medio de una relación médico-paciente donde la confianza sea fundamental para identificar todos los síntomas que aparecen y que influyen en el diagnóstico del párkinson”, precisó el doctor Óscar Bernal, Especialista en Movimientos Anormales de la Fundación Santa Fe de Bogotá, Instituto Roosevelt y Hospital Militar.Entre los indicios de la presencia de párkinson se encuentran los denominados “síntomas motores”, aquellos que están relacionados con los temblores y que generan lentitud y dificultad para realizar las actividades diarias. Por otra parte, los “no motores”, son los síntomas que abarcan desde trastornos del sueño, dolor de articulaciones o espalda, estreñimiento, pérdida del olfato, depresión, ansiedad, síntomas urinarios y otros.NeuroestimulaciónLa OMS ha alertado que en los próximos 20 años la cifra de personas afectadas por este padecimiento ascenderá a 12 millones en el mundo. Ante la preocupación por el avance de la enfermedad de Parkinsony el desconocimiento de algunos de sus síntomas, los especialistas destacan a la terapia de Estimulación Cerebral Profunda (DBS, por su sigla en inglés) que consiste en insertar un electrodo en el cerebro mediante cirugía, como uno de los avances más efectivos para su tratamiento.“Este tratamiento constituye una opción costoefectiva y segura en pacientes que no logran controlar sus síntomas o que presentan efectos adversos propios de la medicación. Es mínimamente invasivo ya que no lesiona el tejido cerebral sano. La cirugía conlleva mejoras en la realización de actividades diarias como alimentarse, bañarse, etc.”, precisó el doctor Martín Torres, Neurólogo Neurofisiólogo, Fundación Centro Colombiano De Epilepsia Y Enfermedades Neurológicas – FIRE, Cartagena.El DBS, que ya devolvió la calidad de vida a más de 140 mil personas en el mundo, y a cerca de 1.000 pacientes en Colombia, reduce los síntomas motores de la enfermedad entre un 50 % y 70 %, dependiendo del paciente. Su mecanismo de acción se basa fundamentalmente en la capacidad de modificar el funcionamiento del sistema nervioso a través de estímulos eléctricos.“La cirugía de estimulación cerebral profunda ha cambiado el pronóstico de los pacientes disminuyendo sus complicaciones, mejorando su vida y permitiendo que las funciones para el paciente, la familia y la sociedad, mejoren traduciéndose en disminución de costos para todos los involucrados”, afirmó Bernal.La terapia DBS beneficia a pacientes que no responden correctamente a medicamentos o que presentan efectos adversos severos al mismo. Por lo tanto, se recomienda, en cualquier caso, que el paciente consulte previamente a un neurólogo o neurocirujano, para determinar si puede optar por este tipo de tratamiento.EL MUNDO presenció una operación de terapia DBS en Medellín que un equipo multidisciplinario de la Clínica Soma realizó (ver el video). El procedimiento se hizo con el fin de que la paciente redujera los síntomas propios del Párkinson, como lo son la lentitud, rigidez y temblores.Por su parte el hijo de la mujer de 52 años , Álvaro Javier Ramos, expresó que esta fue una decisión tomada en familia, pues al evaluar los pro y los contra de la operación, decidieron que “ella pudiera valerse por sí misma, que se le redujeran los síntomas que pudiera llevar una día mejor”, dijo a EL MUNDO.Entre tanto el doctor Mauricio Rueda, neurólogo especialista en movimientos anormales explicó que Colombia ha sido pionero en este tipo de cirugías y que aunque el método ha sido criticado en otros lugares, se ha demostrados que las personas que padecen Párkinson mejoran su calidad de vida, pues en tareas cotidianas como comer, caminar o hablar se nota en mayor medida los síntomas de esta enfermedad.
La pregunta siempre ha sido un dolor de cabeza para los teóricos literarios y los entusiastas de la literatura. En el colegio, en las clases de español o humanidades, los maestros enseñaban la definición canónica: clásicos son los autores de la literatura griega y romana. Pero muy pocos, al crecer, se acuerdan de esta definición y llaman clásico a autores que, por la norma, no lo son, como es el caso recurrente de Miguel de Cervantes o William Shakespeare. Pero, entonces, ¿la definición de clásico puede ser más abierta?Para Italo Calvino, el famoso escritor italiano autor de Las ciudades invisibles, un clásico “es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”. Esta es una de las nociones contemporáneas más famosas y analizadas porque abre una nueva ruta a la definición. “Para mí, los clásicos son esos autores o libros que me enseñan algo nuevo, que me conmueven y me hacen querer atesorarlos para siempre. Son esos libros especiales. La época no importa. Puede ser un libro publicado este año o en 1500, pero si tiene la capacidad de sacudirme, sé que estoy ante uno de ellos”, aseguró José Raúl Jaramillo, docente, editor y primer lector de varios autores antioqueños, quien agregó que el último libro que lo hizo sentir de esa manera fue Las benévolas, de Jonathan Littell.Por su parte, Borges, a quien muchos llaman un “clásico” de nuestra lengua y del último siglo, siempre pensó que era peligroso “afirmar que existen obras clásicas y que lo serán para siempre”, ya que el carácter de clásico, para el autor de El Aleph, no le viene dado a una obra por sus cualidades o méritos intrínsecos, “sino por acuerdos y decisiones previas de generaciones de lectores que han decidido leer como si en sus páginas todo fuera deliberado, fatal, profundo como el cosmos y capaz de interpretaciones sin término”.Cuando le cuestionaron al escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez por si se podría empezar a ver a García Márquez como un “clásico” contemporáneo, este respondió: “García Márquez fue un clásico que nos acompañó mientras estuvo con vida y nos acompaña ahora como un hito en la tradición”. Los clásicos podrían ser, entonces, escritores muertos hace 300 años o en plena actividad artística. La noción canónica no suele reflejar, muchas veces, el consenso de la gente o de las mismas universidades, que suelen ampliar la definición sin importar la época.“Yo creería que sólo se necesita criterio y un buen bagaje de lecturas para poder dar una definición argumentada. Debe haber libertad, pero también una noción del porqué les damos esa etiqueta”, agregó Vásquez.Algunos nombresPara los expertos, estos podrían ser algunos autores “clásicos”, desde una definición más amplía del término . Autores de todas las épocas:-Aristóteles-Ovidio.-Dante Alighieri-Miguel de Cervantes Saavedra.-William Shakespeare.-León Tolstói-Fiódor Dostoyevski-Gustave Flaubert-Jane Austen.-Emily Dickinson.-Edgar Alan Poe.-Miguel de Unamuno.-Gabriel García Márquez.- J. M. Coetzee.