Radiografía política

Autor: Henry Horacio Chaves
24 noviembre de 2017 - 12:09 AM

Un estudio acaba de demostrar que la apatía de los antioqueños por la política no es cuestión de percepción.

Con apoyo de la Fundación Konrad Adenauer, el Centro de Análisis y Entrenamiento Político, Caep, acaba de presentar la Radiografía Política de Antioquia. Una imagen diagnóstica de un momento específico, como suelen ser las encuestas. Es una publicación de 138 páginas, dividida en tres capítulos en los que se busca explicar el imaginario social, religioso y político de la que creemos una raza pujante, la tipología identitaria de la antioqueñidad, y una mirada actual,a partir de una encuesta realizada por MGR, la firma especializada que dirige Juan David Gutiérrez. Un intento de explicar la relación de los paisas con la política en el presente, pero también desde los lazos comunicantes con el pasado.

Seguramente la esperanza de Carlos Andrés Pérez y el Caep es que la radiografía supere la idea de una imagen única y precisa para tratar de entender la ciudadanía y promover una mejor relación de los ciudadanos desde lo cotidiano con la política, pero es inevitable recurrir a los datos puntuales que, de alguna manera, ratifican verdades de a puño. Para los interesados en el tema, el estudio está disponible en los sitios web del Centro y de la Fundación.

Allí se leerá, por ejemplo, que en Antioquia el interés por la política alcanza solo el 2,1% entre los hombres y el 2,0% entre las mujeres. Un dato que no requiere mayor esfuerzo para creer y que tal vez ayuda a explicar la baja participación en todas las jornadas electorales y especialmente en las más recientes. No puede ser otra cosa que desinterés por la política la expresión resignada de quien espera que sea otro quien le diga por quién votar, para no hablar de quienes nunca acuden a las urnas, que por cierto son la mayoría del censo electoral. Por eso, porque no entendemos la democracia como una conquista ni nos interesamos por lo público como la expresión del bienestar común, una minoría sigue eligiendo por la mayoría apática y negligente.

Lea también:http://www.elmundo.com/noticia/La-democracia-mas-alla-de-las-urnas/355590

Muestra también la radiografía que los antioqueños suelen evitar el tema político en las conversaciones familiares o informales, guardándose la opinión, retirándose o permaneciendo en silencio. Una idea fincada seguramente en la prudencia que en realidad es síntoma de lo poco tolerantes que somos frente a la opinión contraria y lo poco dispuestos que estamos a defender la postura propia. Tal vez nos faltan argumentos que superen las intuiciones y los gustos empáticos; pero es también posible que el desinterés nos lleve a esa actitud, pues según la encuesta, el 28,4% de los antioqueños cree que la política no sirve para nada, el 22,4% que solo sirve para favorecer a los políticos y el 16,5% para generar corrupción. Dicho de otra manera, solo una minoría cree que la política cumple con su función de fomentar el progreso y mejorar la vida de los ciudadanos.

Una percepción difícil de cambiar cuando un centenario partido acaba de hacer una invitación a las urnas que no supera el 2% del potencial electoral y que dejó por fuera a más de la mitad de los aspirantes que querían medirse. Es cierto que más costoso que una elección puede ser el autoritarismo, pero es alto el precio de arriesgar credibilidad en el sistema por incapacidad de lograr acuerdos democráticos más amplios en las instancias que deberían ser los partidos.

Además: http://www.elmundo.com/noticia/Pongale-la-firmapartidos-en-crisis/358483

También es complejo creer en la política cuando se incumplen las promesas de campaña o cuando se recortan subrepticiamente los alcances del voto como acaba de ocurrir con las reformas al presupuesto participativo de Medellín que hoy tiene una función más de ratificación que de direccionamiento. Pequeños dardos que van minando la credibilidad en la política e incluso en los medios de comunicación que no cumplen la labor de fiscalización que les corresponde y por eso tampoco salen bien librados en la encuesta de MRG que los evidencia como poco imparciales.

El desinterés por la política permite que cada vez su ejercicio esté más orientado a los liderazgos personales y a los intereses particulares, y paradójicamente los paisas suelen calificar con las mejores notas a los dirigentes, por distintos y contradictorios que sean, con la idea de tener y ser siempre lo mejor del país. Pobre favor a la democracia y a la mirada crítica que se debería mantener frente a quienes hemos encomendado transitoriamente el manejo de lo público.  Una labor que deberían hacer las corporaciones públicas, los medios y la academia, pero que tampoco asumen con decisión. El estudio debería ser un llamado a la acción, a una actitud más participativa y comprometida desde todos los sectores, en favor de lo público.

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Lo más leído

1
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
2
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
3
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
4
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...
5
Literatura /

¿Qué es un clásico de la literatura?

Para muchos teóricos, la noción podría ampliarse, siempre y cuando se respeten ciertos lineamientos.
6
Columnistas /

¿Saben qué es USD y cómo se usa bien?

Cada moneda tiene su código de tres letras ISO, mientras que el $ sirve para varias monedas.