Peligrosa espiral en histeria colectiva electoral

Autor: Ricardo Chica Avella
21 enero de 2018 - 12:06 AM

Los populismos de Maduro a Trump a Uribe crean universos paralelos o bien en materia de problemas o bien en materia de soluciones sin contenido real racional alguno

En varias columnas (Universos paralelos de los populistas, Fake news en las compañas políticas, de las cuales usare algunos apartes, como también de una columna de portafolio en defensa de la paz Un Triunfo para todos) sobre la desinformación como instrumento del populismo y sobre la creación de histeria colectiva en las campañas políticas mediante fake news, he señalado a la capacidad de fabricación de realidad tanto de Maduro como del Uribismo y a la forma como información falsa malintencionada manipula los criterios de los votantes, ahora en una campaña para unas elecciones que se han convertido en un plebiscito del acuerdo de Paz logrado por Santos, en medio de un sectarismo y una polarización que está llegando a niveles peligrosos.

Vea también: Fake News en las campañas políticas mediante histeria colectiva

Los populismos de Maduro a Trump a Uribe crean universos paralelos o bien en materia de problemas o bien en materia de soluciones sin contenido real racional alguno. Así como en Venezuela se culpa a la CIA en conspiración con los industriales por el desabastecimiento resultante de la destrucción de la economía de mercado mediante una política económica torpe e ignorante, aquí nos intentan aterrorizar con fantasmas como el Castro chavismo, una entelequia que no existe más que en la cabeza de algunos cuadros de la nomenclatura política en Cuba y en Venezuela (incluyendo los de la DI que están jugando un papel tan importante en la sobrevivencia del colapsado régimen de Maduro), de algunos sectores disidentes de las Farc, y de los agentes de la reacción conservadora al acuerdo de paz que nos pretenden asustar con una amenaza que no tiene ninguna viabilidad ni económica (ni Cuba ni Venezuela tienen capacidad alguna de exportar sus desastres de destrucción de la economía de mercado) ni política (las Farc no son una fuerza electoralmente relevante salvo en algunas zonas marginales de la frontera agrícola). El régimen de Maduro intenta mistificar la destrucción de la muy prospera economía venezolana en manos del chavismo (por una interferencia torpe en/con los mecanismos del mercado/la empresariedad) culpando el sabotaje extranjero de manera que los pobres venezolanos no tienen acceso a las necesidades más básicas por una conspiración de la CIA o del gobierno de Santos (que se robó los perniles que les había conseguido…). Y acá en Colombia entre los críticos del gobierno de Santos (entre los que me cuento: Portafolio. ¿Es la tercera vía de Santos socialdemócrata?, donde doy una respuesta negativa -¡mucho menos podrá ser socialista!) algunos han creado una cortina de humo de desinformación alrededor del proceso/acuerdo de paz que replica la construcción de una realidad paralela por parte del Trump team y ejemplifica las características del populismo y dichos principios clásicos de la propaganda política (¿qué sentido substantivo más allá de hipérbole retorica o propaganda en el sentido analizado tienen afirmaciones de un respetado colega columnista en el sentido de que Colombia está sujeta vasallaje por parte de Cuba y que vive bajo un régimen totalitario?).

Estamos recibiendo a diario una avalancha de mensajes con diversos grados de sofisticación informacional y mediática en los cuales sistemática y repetitivamente se nos advierte: Santos le está entregando el país al Castro chavismo; tropas cubanas y tropas venezolanas ocupan territorio colombiano; Santos ha acordado con las Farc una estrategia para llevarlas al poder; el país sigue los pasos de Venezuela hacia el abismo; el comunismo se va a ganar las próximas elecciones…Todo esto (no afirmado en estos términos sino como obvia inferencia) si no votas contra el legado santos-Farc (por el CD). Es el mesianismo del caudillo tribal que ofrece protección al temor que crea en nuestras psiques, tan característico del líder del nacionalismo populista.

Pero la mezcla de mala fe y de ignorancia que llevo a Trump al poder y mantiene en el poder a Maduro, está llegando en Colombia a extremos alarmantes como lo muestran las tonterías que están circulando sobre el censo y el pronunciamiento igualmente desatinado del obispo de Cúcuta abrogándose el decálogo en contra de la paz. El censo de población y vivienda, por una parte, es un ejercicio de una calidad estadística e informacional y de seguridad bien destacadas por el director del Dane (Mauricio Perfetti) en contra de rumores; y por otra es un ejercicio fundamental en el conocimiento de la realidad social del país y en el diseño y evaluación de políticas dirigidas a mejorarla. Es patético pues y lamentable que en aras del fanatismo político en contra de Santos esté circulando desinformación con sandeces como que se va a usar para un fraude electoral (¡cuando en Colombia no hay voto electrónico!) o q se lo va a usar para planillar a los opositores del gobierno. Esto es un ejemplo paradigmático del tipo de desinformación que se dispersa epidémicamente por las redes sociales carente de la más elemental racionalidad y veracidad, la que en este caso puede terminar erosionando el nivel de respuesta del censo, un costo absurdo para el país.

Que esto haga parte de la campaña de desinformación gestionada por el uribismo es comprensible, pero que un prelado saque un mensaje (en youtube con el sello VIVA URIBE y coincidencialmente con el mismo acento paisa de los de la avalancha de mensajes por whatsapp….), en cuanto tal, es por su tono realmente aterrador. Es aterrador como regresión histórica y exabrupto pastoral preconciliar y como maniobra manipulativa de las consciencias de los votantes. Se trata de una regresión histórica a las épocas cuando los prelados invitaban desde el púlpito a los creyentes a asesinar liberales, para no hablar del desconocimiento del proceso que condujo de la reforma (la afirmación de la consciencia por parte de Lutero en la dieta de Worms confrontando los esbirros de la inquisición) a Vaticano II (Gaudium et spes y DIgnitate Humanae). De un exabrupto pastoral preconciliar, no por la opinión política que expresa (a la cual como ciudadano tiene todo el derecho Mr Vera), sino por el intento de mistificarla con argumentos de teología moral excomulgando a las tinieblas exteriores del decálogo a quien no piense como él (¡votar por la paz es violar el mandato que prohíbe atentar contra la vida!). Y como podemos asumir que Mr Vera es un hombre inteligente y culto, luego no hace eco de la desinformación uribista por ignorancia, maniobras como decir que no le manda su mensaje a más personas porque lo pueden asesinar (presumiblemente tiene pruebas de que el gobierno de Santos está asesinando opositores y no tiene noción de la dinámica epidémica exponencial del social media) son burdamente manipulativas. Se trata pues de una maniobra manipulativa de la conciencia de los votantes, la cual ya no tendrá tanto poder en una sociedad secularizada sujeto de la autonomía reconocida por el concilio a las realidades terrenas, pero en una sociedad tan atrasadamente conservadora como la colombiana y en el clima de desinformación polarización y sectarismo descrito si puede tener influencia sobre algunos católicos.

Naturalmente que Mr Vera tiene todo el derecho de expresar sus opiniones. Naturalmente los horrores que han venido teniendo lugar en Venezuela no tienen defensa alguna; que el asesinato (del piloto O Perez) que parece motivo su pronunciamiento resulta indignante para todos; y es claro que él está muy cerca del horror que ha sido para los venezolanos el chavismo. Pero un obispo no puede proceder en cuanto tal llevado por razones emocionales sin una evaluación crítica racional de la veracidad de sus argumentos: Mr Vera da un paso desafortunado al cometer el exabrupto pastoral preconciliar al sancionar con argumentos del decálogo sus opiniones y excomulgar a las tinieblas exteriores de éste a quienes no opinen como él, en contravía de pronunciamientos de la Conferencia Episcopal y del Papa Francisco a favor de la paz. Desde luego es también explicable por la actitud de muchos jerarcas de dar orientaciones en forma paternalista infantilizante a quienes consideran no pueden evaluar moralmente como adultos.

Es innegable que el resentimiento de la mayoría de los colombianos contra las Farc se encuentra perfectamente justificado por los crímenes los abusos y los vejámenes a los que muchísimas personas y familias fueron sometidas por décadas. Y consiguientemente entendible que aspectos como la JEP y CEP resultan odiosos, pero calificar estos esquemas de entrega del país a la guerrilla como se acusa a Santos crecientemente carece de todo sentido de realidad. Como también es irracional que el gobierno no brinde protección a los cuadros de las Farc para que no sean exterminados como lo fueron los de la UP en el proceso de los 80 (muy en la tradición colombiana que arrancó con el asesinato de Uribe Uribe). En el fondo es una cuestión de la dimensión relativa del beneficio de la paz frente a su costo: “éste es altísimo, pero 1) es más bajo que el valor presente de los costos netos de la guerra: la paz es más rentable pues sus costos son inferiores y sus beneficios son superiores, entre los que se destaca el logro de las condiciones de estabilidad institucional que abre mayores posibilidades de desarrollo; 2) estos costos posibilitan el mejoramiento de las condiciones de vida de los marginados de la frontera agrícola, a quienes el estado ha abandonado totalmente. En el fondo se trata de opciones: 1) por la verdad vs el temor, ej. el temor al Castrochavismo, infundado por qué esto no existe como fuerza política relevante (ni Cuba ni Venezuela están en condiciones de exportar el desastre de haber destruido sus economías de mercado y las Farc no tienen rastro de replicar ese desastre chavista en Colombia) y las Farc apoyan con el acuerdo un modelo de desarrollo rural productivo inclusivo (un esquema fundamental, lo más novedoso y significativo del acuerdo en términos de lucha contra la pobreza, para incluir a los marginados de la frontera agrícola). Y 2) por una transición creadora de capital social e institucional vs toda la tradición/cultura testicular de que los problemas se resuelven a golpes o a tiros. ¿Cuál es la opción? ¿Continuar una guerra de desgaste que sufren los que no tienen representación en los centros de poder?” (Portafolio, Un triunfo para todos).

Lea también: Universos paralelos del populismo

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Comentarios:

luis alberto
luis alberto
2018-01-21 09:39:53
Por eso hace falta EDUCAR al ciudadano (pueblo) para que, incluyendo al jerarca de marras, vote libre y espontáneamente por quien o quienes considere aptos y serios para gobernar que es lo que busca la Coalición Colombia

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