Verónica Valencia E.

¿Qué es o qué cree que es un asesor literario?
Es quién interviene desde unas estructuras teatrales que tiene, en las que se ha formado, que le han interesado, un texto, sea el que sea. Y lo interviene desde para mí, tres dimensiones estéticas: 1. Interés, 2. Intención y 3. Carácter. Cada una está relacionada con la otra y una y otra constituyen una totalidad. La intervención que se hace en el texto, es también una mediación. Quiero decir, intervención que tiene más de dominar el texto, ante los que escuchan hablar de él y que lo llevarán a la escena. Escena que todavía no está construida, de la que se puede tener más o menos una visión de cómo será, pero que todavía no está. Y que se va haciendo en la medida en que se hace la mediación, que es distinta a la intervención que lleva un poder, un poder del conocimiento que se tiene del texto o de la historia del texto de determinado ESCRITOR (DRAMATURGO). Decía que las tres dimensiones estéticas, de las que tratamos, están o deben ser mostradas por medio de unas metódicas para llevarlas a su realización estética, o sea, de su fascinación provocadora para el otro que escucha. Y se escucha uno a sí mismo, haciendo lo mismo, o sea, es Gestual. No es conocimiento teorético sino Gestual de la intervención y la mediación. Escisión. Nuevamente, las dimensiones estéticas, son las que dicen cómo se interviene y se media con el texto: Interés, dado por la intensidad que se pueda dar al texto, para transformarlo, pare revolucionarlo y extraer de él todos los sentidos que tiene y halar todos los incidentes que lo forman. Intención, es resultado de la tensión o la relación tensional que se hace con el texto sin teatralización todavía, solamente el texto en su densidad del contenido, aun siendo un texto realista, se busca quebrar o fisurar esa relación evidencial. Incisiones entonces sobre y en la estructura del texto. Recurre a la historia, a la estética, al incidente, a la visión intuitiva. No tiene medida, lo que se hace, porque tiende a provocar eclosiones constantes de sentido. Oscurecer y transparentar es la tarea que hacemos, desde la perspectiva del comparar, no de la comparación, sino del comparar como lo llama y lo estructura el artista Piet Mondrian, en lo que él denomina: “Comparar como el medio de control que cada artista, inconsciente o conscientemente, utiliza y por el que aprende a llevar lo verdadero (para él) a una manifestación más definida posible (…)”. Y así, no de la misma manera para todos los textos. Cada texto requiere ser intervenido y mediado por una teoría teatral o de otra índole y naturaleza como por decir: Descartes. Teatro de Descartes, que él que interviene y media con ese nombre que usted le da, o le dan en nuestro medio, debe hacer invención teatral de la teoría de Descartes como teatro. Invencionar formas y maneras, también ha de ser la tarea nuestra.
COMPARAR es el medio de control que cada artista, inconsciente o conscientemente, utiliza y por el que aprende a llevar lo verdadero (para él) a una manifestación más definida posible

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¿Qué piensa que hace o que no hace un asesor literario?
De ser racional y metódica su tarea, de ser irracional y técnica su tarea, esa intervención/mediación, como la llamamos, ha de estar dominada y poseída por hacer solamente indicaciones, mostrar indicios, exhibir instintividades estéticas, desde y hacia la construcción y formación de estructuras catárticas y también destructivas. De ironizar sobre el método. Ironía estética, que es aquella que se proyecta hacia los miembros de la comunidad teatral, para suscitar en ellos, la duda, la inercia, la intensidad estructural de sus relaciones con ellos y con el texto: qué son y qué se dicen ante el texto y sin el texto quienes son. Entonces esta tarea radica en instalar esa comunidad teatral: 1. En el Yo, 2. En los Otros, y 3. En la Comunidad Teatral. Cada uno proyectado hacia la tarea ahora, realizada la formación de la conciencia sensitiva, intuicional y racional hacia la escena. Invencionar la escena de cada uno, como principio real de su teatro. Conciencia teatral de estos elementos, que es necesario formar. 

¿Cree que su trabajo en el mundo teatral está vinculado a este rol, cómo?
Yo considero que lo mío, no tiene relaciones de esa índole. Ni lo llamaría así ni lo he llamado así. ¿Y qué interesa nominarlo? ¿Para qué lo nominamos? ¿Qué podría decir y hacer la nominación? Y entonces lo que habría que considerar es el carácter y la necesidad de esa intervención/mediación. Qué en mí, es la de una máscara que dice, que propone, que intenta incidir o no, que se mueve entre un momento y otro, sin dominar, sin poder o sea, sin nada. Indicar es una cosa, que hacemos, nada más. Y no es una tarea constante, no lo haría así, sino cuando una comunidad teatral me llama o me requiere en qué yo decido si quiero hacerlo, deseo hacerlo o no. No es contractual mi relación con esa, en concreto, comunidad teatral. Nunca existe un contrato, por eso mismo, puedo hacer lo que deseo hacer, proponerlo como quiero, sin que los miembros de la comunidad teatral, se sientan contratados para escucharme y yo para serlo. Y me he dado esa libertad, para hacerlo de esta manera, con este carácter. Observa usted como todo lo indicado hasta ahora, tiene un sentido estructural, ya que no puede haber una cosa sin la otra. Como por decir, carácter con intencionalidad, dado que están en la misma membrana de quién interviene el texto y me llama para intervenir en él o destruirlo en la necesariedad de una transformación del mismo y de nosotros mismos. 

¿Hace cuánto ejerce este rol?
No lo llamemos así. Término que odio, porque uno no es eso. Yo nunca he hecho eso. ¿Querría que lo hiciera? No. Ya veremos entonces. En mí, llevo haciendo esta tarea, que es la transmisión de conocimiento en mi otra escena, que es la que no cedo ni comunicó ni muestro a la comunidad teatral, o sea, de la que ellos no tendrán conocimiento, porque es la otra escena en la que me muevo, en aquella que puedo odiar el teatro mismo, que puedo criticar el montaje que hacen o realizan, que puedo disentir del mismo, pues no se trata de adherirme y someterme teatralmente, en mi teatro al teatro que hacen los que me escuchan o los que leen mis ensayos o consideraciones críticas. Nada de condiciones para nadie, ni para ellos ni para mí. Todo se hace sin condiciones ni condicionamientos. Estéticas de cada uno, qué si pueden coincidir, que sea, como decía André Breton, de manera trastornadora. Coincidencia en el trastorno de la visión misma, de la tesis misma. Ya es lo que llamo el intersticio en el que nos movemos. Ni lo uno ni lo otro, sino lo uno en lo otro, sostenida en la inquietud del intersticio. 
Y haciendo esta tarea llevo desde 1990/91, cuando la iniciamos en la comunidad teatral, con la llamada que nos hicimos Cristóbal Peláez (Colectivo Teatral Matacandelas) y yo; a quién, le debo haber iniciado esta tarea, que ha sido interminablemente reveladora de lo que hemos proyectado, en la transparencia teatral y sin el obstáculo de nada. 

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¿Hace cuánto tiempo cree que en Medellín hay asesores literarios si es que los hay? 
Nunca he sabido de nadie, que realice esta tarea de esta manera, o sea, como la hemos estructurado y desarrollado nosotros. Y de existir no sé cómo ni desde que perspectiva teatral y estructura estética lo hacen. Ya que lo mío es un constructo teatral que hace una relación del y sobre el arte como una totalidad, porque se basa y apoya (sin apoyarse demasiado) en sensaciones, en percepciones y en lo insólito más que nada, esencialmente en técnicas de lo instintivo y en eclosiones de sentido que sean resultado del azar y del instante. Nada está estructurado de manera extática sino iluminado, como escena, u obscurecido como la vida, escena y vida, como éxtasis. Teatro del éxtasis, podría decirlo de esa manera, que tiende hacia lo irresistible como su poder y su forma. Y así mismo es nuestra intervención y mediación. 
Describa cómo haría la asesoría literaria a un montaje teatral
No sé cómo sería el ABC, sin duda, dado que como lo he indicado, todo esto se mueve por irradiaciones, construcción de masas tentaculares de sentido, proyecciones momentáneas de la Gestualidad, intensidades arbitrarias, insolencias estéticas, irreverencias irónicas. Pero ya que usted me lo solicita, podría ser así: 1. Lectura del texto (desde el por qué, para qué y cómo lo hacemos), 2. Ensayo de relación del texto en su lectura con otros textos, que sean resultado del azar, o sea, de lo que llamo, incidentes. De lo que me ocurre a mí mismo y al texto mientras lo leo (como un mediodía lluvioso o un comunicado de astronomía, que por azar escucha leer), 3. De la excitación de los sentidos que provoca no hacer nada sobre el texto, o sea, el vaciamiento absoluto del texto. Olvidarlo, podría ser, y 4. Hacer la tarea hidráulica con la comunidad teatral, en la escena que se monta para hacer la intervención y mediación, la exhibición teatral de la teoría.
Tras ello, se dará la intervención/mediación de los miembros de la comunidad teatral, con estas mismas proposiciones o desde ellas mismas o las que ellos estructuren tras escucharse a sí mismo en su otra escena o en la misma. Creación y transformación de la teoría propuesta, por la que ellos tienen, ya desde su irritación crítica, su ira incontenible, porque odian hacer teatro o ser lo que son o porque les interesa quedarse haciendo teatro en su vida. Irascibilidad de no saber de lo que les decimos o indicamos, o irascibilidad sensitiva por no querer asir el imán radiante que se les muestra. 

¿Sabe qué es un dramaturgista? ¿Encuentra relación entre el dramaturgista y el asesor literario?
No lo sé. Nunca había escuchado hablar de ello, hasta ahora. Yo no debo ser ni lo uno ni lo otro. Ni siquiera uno mismo, es. A mí no me interesan esas denominaciones, pero sí a otros, les dicen cosas, les presentan maneras de hacer las cosas en el teatro, está muy bien, que los llamen así. No me fastidio por ello, de verdad. No puedo decir nada sobre el tema, ya que no sé qué son ni el uno ni el otro, por qué lo que sé o puedo saber todavía, es desde donde yo realizo lo que he llamado mi intervención y mediación teatral, que están en conexión con el carácter de la tesis sobre el médium del que trata Walter Benjamín. 

* Estudios Literarios y Licenciatura en Filosofía y Letras. Universidad Pontificia Bolivariana.