En su última rueda de prensa antes de dejar la Casa Blanca, el presidente de EE.UU., Barack Obama, destacó las recientes acciones de su Administración, incluyendo la decisión de conmutar la sentencia de Chelsea Manning.
A poco menos de un día de que tome posesión el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el actual mandatario Barack Obama, ofreció su última rueda de prensa desde la Casa Blanca en la que defendió su polémica decisión de conmutar la pena a la exsoldado Chelsea Manning, quien en 2010 filtró un número récord de documentos secretos a WikiLeaks y de quien dijo que ya cumplió una “dura” sentencia en prisión.
Manning, privada de libertad desde hace siete años dentro de una condena a 35 años de prisión, “ha pasado una significativa cantidad de tiempo” en la cárcel, según recordó Obama al explicar la decisión, anunciada este martes, de conmutar su sentencia.
Obama, quien mañana entregará el mando al republicano Donald Trump, también comentó que no presta atención “a los tuits de Julian Assange”, fundador de WikiLeaks y quien ha dicho que está dispuesto a ir a Estados Unidos si se garantizan sus “derechos”.
Con relación a decisión de eliminar la política de “pies secos, pies mojados” para los indocumentados cubanos, Obama señaló que esta ya no tenía sentido dentro del proceso de normalización de las relaciones con Cuba.
Esa política “hacía una distinción” entre quienes llegaban a EE.UU. por tierra o por aire, “una vieja manera de pensar que no tenía sentido” en estos días, especialmente con la “apertura” de los viajes entre ambos países, dijo.
Obama detalló que hubo “largas consultas” con el Departamento de Seguridad Nacional sobre el cambio y “duras negociaciones con el Gobierno cubano”.
Pero finalmente se tomó la decisión de eliminar esa política porque ambas partes lo consideraron “justo y apropiado a la naturaleza cambiante de la relación entre los dos países”, agregó.
A su vez, manifestó estar a favor de mantener una “relación constructiva” con Rusia, pero pidió a su sucesor, que no “confunda” el objetivo de las sanciones que su Gobierno impuso a Moscú y que están relacionadas con el conflicto en Ucrania.
“La razón por la que impusimos las sanciones no fue por asuntos de armas nucleares, sino porque Rusia estaba violando la independencia y soberanía de un país”.
Obama indicó, no obstante, que “está en el interés de EE.UU. y en el del mundo” que su país tenga “una relación constructiva con Rusia”, y que él trató de conseguirlo durante su Presidencia, pero el regreso al poder de Vladímir Putin en 2012 y la anexión de la península ucraniana de Crimea dificultaron ese objetivo.
El presidente saliente llamó, además, a seguir defendiendo a los jóvenes indocumentados conocidos como “dreamers” (“soñadores”), y que se ven amenazados por Trump.
Esos jóvenes “aman a este país”, y “son amigos de nuestros hijos y sus compañeros de clase”, enfatizó Obama.
Por ello, prometió manifestarse como ciudadano, una vez que deje la Casa Blanca, contra los esfuerzos para deportar a esos jóvenes, al igual que si observa “discriminación sistemática”, “obstáculos” para que las personas puedan votar o “esfuerzos institucionales para silenciar la disidencia o a la prensa”.