Nadie tiene derecho de construir un muro
Ahora que Trump quiere construir un muro, resulta muy curioso que ni él, ni nadie, recuerden el Muro de Berlín, que duró veinte años. Lo tengo muy presente. Lo atravesé por “Charlie checking point” para ir de la parte inglesa, francesa y estadinense a la parte rusa. Del Oeste al Este.
Prácticamente nos empelotaron, pero llegamos al lado izquierdo –socialista soviético- de Berlín, el que había quedado para los rusos después de que se ganara la Segunda Guerra Mundial contra los alemanes. El lado derecho quedó para Francia, Inglaterra y Estados Unidos, el lado izquierdo, quedó para Rusia, que había sido aliada de los anteriores y los cuatro habían ganado la guerra contra Alemania y sus aliados Italia y Japón.
Posteriormente a todo esto se formó la Unión Europea. Y me permito hacer un paréntesis para comentar que Noruega nunca ha estado en la Unión Europea (ni Suiza, Islandia, Liechtenstein, ni Turquía). Y añadir que Noruega es algo que nadie debe perderse: La casa de los mercaderes vikingos, algo que hay que ver en Bergen la vieja capital. El parque de las esculturas en Oslo.
El museo de barcos vikingos, que no se hunden. El festival de las abuelas en Bodoe donde el aeropuerto es silencioso y se precia de ello.
Crean el Nobel de la Paz y son tan valientes que se meten en nuestro Proceso. ¡Viajan a Cuba! ¡Y no tienen muro con los vecinos!
Pero volvamos a Donaldo que ahora está poniéndole bolas a Teresa la ministra de la Inglaterra separada de la Unión, cuyo Parlamento fue atacado por un hombre solo. Qué bueno que Trump de veras le ayudara y así pusiera buena mano en algo, eso lo veremos, y si no insiste en rechazar inmigrantes, recordando que su familia lo es. Para redondear se le ha ocurrido construir más muro del que ya hay, entre Estados Unidos y México. Cuántos muros existen ahora, abran por internet, y pónganse cómodos. Infinidad de datos y de muros.
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