En Antioquia, muchos municipios de tradición cafetera han optado por la diversificación agrícola. Algunas veces la iniciativa surge de las administraciones locales, otras, de los propios campesinos.
Los fluctuantes precios del café y los riesgos que implica depender solamente de uno o dos productos agrícolas han causado que regiones enteras cambien su vocación productiva. Para campesinos y Unidades Municipales de Asistencia Técnica (Umata) la diversificación es una alternativa para fortalecer la producción.
Angostura es un municipio de tradición panelera y cafetera, donde se busca “generar alternativas de diversificación para que las familias no dependan de un solo producto para atender sus necesidades, pues por la variabilidad de precios quedan desprotegidas”, indicó Rubiel Agudelo, secretario de Agricultura, Ambiente y Desarrollo Comunitario, quien especificó que tanto en Angostura como en la región pretenden incentivar los frutales.
También estos cultivos han tenido alta aceptabilidad en Ituango. Luz Stella Muñoz, directora de la Unidad Técnica de Desarrollo Agropecuario, Económico y Social, explicó que los cultivos frutales como la papaya y el maracuyá han sido exitosos, “pese al escaso acompañamiento que han tenido los productores. También se ha incursionado con sacha inchi para la extracción de aceite”.
Nelly Álvarez, enlace agropecuario del municipio de Zaragoza, dijo que los cultivos de sacha inchi, iniciativa de los mismos campesinos, “están compitiendo directamente con los cultivos ilícitos de coca, en cuanto al tiempo y rentabilidad económica”.
Piedad Pérez, directora de Agricultura y Medio Ambiente de Guadalupe, precisó que en el Norte de Antioquia se han buscado muchos cultivos alternativos, destacándose la stevia y en Carolina del Príncipe y Gómez Plata, la gulupa.
Pero la diversificación también implica riesgos, afirmó León Darío Vélez, agrónomo de la Universidad Nacional, quien señaló que para poder diversificar es necesario fortalecer las economías locales y entender el contexto de cada región.
Introducir cultivos diferentes a los tradicionales es peligroso, según el experto, porque los campesinos tienen una larga tradición y no se sabe si van a poder adecuarse al cambio. Por esto sugiere basar esa diversificación en especies productivas locales.
En este sentido, Pérez señaló que “los campesinos tienen mucha claridad en lo que han hecho toda la vida, pero no con otros cultivos, por eso cuando van a diversificar buscan apoyo técnico”. Precisamente en Guadalupe, en lugar de sustituir los cultivos tradicionales de café y caña, han introducido nuevas especies a los cafetales para fortalecerlos.