El cambio en el costo del dinero libera a las autoridades económicas de dar respuestas a causas importantes de la lentificación de la economía colombiana.
La junta directiva del Banco de la República, en la que el gobierno Santos hace mayoría tras el ingreso de Juan José Echavarría y Gerardo Hernández, ha filado en la causa de la reactivación de la economía, requerida por los sectores productivos y el comercio.
Para el propósito, el Banco de la República ha aportado la significativa decisión de reducir en 0,25% la tasa de referencia, llevándola a 7%, nivel en que estaban en abril de 2016.
Al comunicar su decisión, la junta directiva reclamó sin titubeos el triunfo de su política de choque representada en el aumento de las tasas de interés en 2016, señalando que “en febrero la inflación anual disminuyó por séptimo mes consecutivo y se situó en 5,18%”. La celebración motivada por esta decisión de la Junta Directiva del Banco de la República no ha permitido analizar, ni discutir, el impacto inocultable de las mayores tasas de interés en el desestímulo a la inversión, sobre todo por medianos empresarios, y al consumo familiar, incluso en bienes patrimoniales como vivienda o medios de transporte.
Por cuenta de la reducción de tasas de interés por el Banco de la República, los analistas y actores económicos también han celebrado la reducción del costo de dinero, por cuanto debe contrarrestar la lentificación de la economía por el impacto negativo de la reforma tributaria y el deterioro de la confianza de los inversionistas, atribuido a la falta de seguridad jurídica y la incertidumbre por los acuerdos con las Farc.