La Registraduría Nacional del Estado Civil trasladó el puesto censo de mujeres de Medellín para la consulta popular anticorrupción de este domingo.

El puesto de votación que se ubicaba en el Centro de Convenciones Plaza Mayor de Medellín se trasteó y ahora funcionará en el Edificio Inteligente de EPM, en la rotonda de la plazoleta principal, ubicado en la Carrera 58 No. 42-125.

Este puesto de votación es el de mayor concentración electoral de Medellín y allí están habilitadas para sufragar 63.443 mujeres, en 80 mesas de votación que se instalarán para esta jornada democrática.

Lea: La lucha contra la corrupción, a las urnas

De otro lado esta misma entidad precisó que 36 millones 421.026 ciudadanos están habilitados para sufragar en el país y en el exterior durante la realización de este mecanismo de participación ciudadana.

18 millones 819.136 son electores mujeres y 17 millones 601.890 hombres, que podrán sufragar en 11.233 puestos, donde se habilitarán 97.027 mesas de votación.

En el exterior 827.635 colombianos que están habilitados para votar fuera del país, de los cuales 446.422 son mujeres y 381.213 hombres, ya están sufragando desde el principio de la semana en 235 puestos de votación, en 69 países. Los colombianos residentes en el exterior podrán ejercer su derecho al voto presentando su cédula de ciudadanía colombiana. El pasaporte, la contraseña, la libreta militar, los pases de conducción y cédulas con formato antiguo no son documentos válidos para votar.

La Registraduría recordó que este domingo 26 de agosto los colombianos pueden participar en esta consulta en la misma mesa y puesto de votación donde lo hicieron por última vez.

Para consultar el lugar de votación los ciudadanos deben ingresar a la página web www.registraduria.gov.co, en el botón “consulte aquí su lugar de votación”. También pueden descargar la aplicación por la tienda de aplicaciones llamada “Infovotantes consulta 2018”. Allí podrán verificar su puesto de votación y si es o no jurado de votación.

La consulta popular será aprobada cuando cada pregunta haya obtenido el voto afirmativo de la mitad más uno de los sufragios válidos, siempre y cuando haya participado no menos de la tercera parte de los electores que componen el respectivo censo electoral.

El censo electoral para la Consulta Popular Anticorrupción es de 36.421.026 colombianos, esto quiere decir que para que la consulta prospere tendrían que votar 12 millones 140.342 ciudadanos.

Es falso

Por su parte, los promotores de la consulta le salieron al paso a una serie de denuncias y afirmaciones contra ese mecanismo al decir que, según ellos, son falsas y la gente no debe “comer cuento”.

Manifestaron que la Consulta Anticorrupción no afecta el salario de los funcionarios judiciales, públicos, soldados y policías, sino que al contrario, el punto 1 de la Consulta barajará el salario de los congresistas de 40 a 25 salarios mínimos y subirá el de ministros y generales de 21 a 25 salarios mínimos, lo cual beneficiará en el tiempo por nivelación a toda la tropa de soldados y policías.

Aseguraron que también es falso que los promotores de la Consulta se van a ganar 5.000 pesos por voto, que la Consulta es un desperdicio porque estas normas ya existen o porque el presidente Iván Duque radicó tres proyectos contra la corrupción.

Y reiteraron que la lucha es contra contratistas corruptos como Odebrecht que le robaron al país y que además alegan que Colombia antes les debe. “La consulta permitirá cancelar los contratos unilateralmente a esas empresas corruptas sin indemnización y para que nunca más vuelvan a ser contratadas”.

La Iglesia

Por su parte, la Conferencia Episcopal de Colombia mediante el siguiente comunicado, se pronunció sobre la realización de la Consulta.

“Los obispos católicos de Colombia, en estos momentos en que todos anhelamos abrir un nuevo tiempo de desarrollo integral del país, reiteramos el urgente llamado a luchar contra la corrupción en todas sus formas. Hay que acabar con la corrupción para poder caminar con decisión hacia los grandes propósitos nacionales.

Por ello, hacemos eco a las palabras del Papa Francisco, quien ha denunciado el gravísimo mal que entraña la corrupción para las personas, las instituciones y la sociedad: "¿Qué hay en la raíz de la esclavitud, el desempleo, el abandono de los bienes comunes y la naturaleza? La corrupción, un proceso de muerte que nutre la cultura de la muerte".

Por eso, "debemos hablar de ella y denunciar sus males". La corrupción no sólo se refiere a los bienes materiales ni se queda en el ámbito de lo público; también hay corrupción de las intenciones, de las ideas, de las relaciones y de las acciones. La corrupción acarrea pobreza, injusticia, desigualdad, exclusión, violencia y muerte, y toda acción corrupta retrasa las dinámicas del progreso integral de una comunidad y frustra las esperanzas de muchísimos hombres y mujeres.

La Palabra divina nos advierte con claridad: "no robarás" (Ex 20,15); "la codicia es la raíz de todos los males" (1Tim 6,10). El domingo 26 de agosto de 2018 el pueblo colombiano está invitado a acudir a las urnas para responder a la consulta en torno a algunas medidas contra la corrupción. Si bien esta consulta representa una oportunidad para fortalecer la participación ciudadana, debemos tener presente que no es suficiente para acabar la corrupción. Al margen de los resultados, hay que multiplicar y fortalecer las iniciativas que procuren la formación de la conciencia, la cultura de la legalidad, la educación integral de las personas, la transmisión de los valores, la participación y las veedurías ciudadanas, la atención a las necesidades de los más pobres e indefensos.

Este ejercicio nos debe dejar como fruto una mayor sensibilidad para enfrentar con valentía la lucha contra la corrupción, pues es necesario que nos comprometamos todos en el cultivo de una ética basada en la dignidad de la persona, en la honestidad y en los valores que favorecen la convivencia, el bien común y la justicia.

También hay que acudir al fortalecimiento de la institucionalidad para que implemente políticas y controles que garanticen la transparencia en la realización de un verdadero proyecto nacional y en la administración de los recursos públicos.

Encomendamos a Dios el próximo ejercicio democrático y los procesos que resulten de él para el bien de todos los colombianos”.