La política en 2018

Autor: Jorge Mejía Martínez
3 enero de 2018 - 12:07 AM

¿La paz seguirá marcando la agenda y los guarismos electorales, como ha ocurrido en los últimos 20 años en Colombia? creo que sí

Es común afirmar que la campaña política de este año será muy compleja. Como todas las campañas. Encuentro dos grandes incertidumbres que sólo los resultados electorales de las tres grandes elecciones –una de congreso y dos presidenciales- podrán despejar. 
Primera: ¿hasta donde la proliferación de candidatos por firmas a la presidencia refleja una transformación profunda del ejercicio de la política en Colombia? Tan solo hay dos aspirantes por partidos, los demás recogieron o compraron firmas, o renegaron de sus propias colectividades. Creo que es cuestión de maquillaje. La política se sigue haciendo de la misma manera: comprando votos y prometiendo futuro. Las encuestas siguen encumbrando candidatos, pero las elecciones las ganan otros. Los sondeos mostrarían que las personas están hartas de los aspirantes por partidos o de los mismos nombres de siempre, pero en las urnas poco cambia. El liberalismo, Centro Democrático, Cambio radical, Conservatismo y la U, coparán las mayorías del congreso en marzo. Hasta ahí llegarán Fajardo y Petro como protagonistas de las encuestas, pues sus listas a cámara y senado, no serán las más votadas. Sin ese musculo estructural será un imposible la opción de los exalcaldes de Medellín y Bogotá. Será el costo de haber menospreciado la imprescindible construcción de organización partidista y de haber soportado la campaña en la anti política –anti partidos-, como una forma de hacer política. Exceso de caudillismo o unipersonalismo. Tarea quijotesca la de pasar a la segunda vuelta.

Vea también: Democracia y castro-chavismo
Segunda: ¿la paz seguirá marcando la agenda y los guarismos electorales, como ha ocurrido en los últimos 20 años en Colombia? creo que sí. Aunque pareciera que las gentes están cansadas o aburridas del tema, por la falta de pedagogía oficial o por simple agotamiento, la polarización estará presente en la contienda. La rechifla a Santos en Cartagena dice a las claras que en Colombia hay un sector importante que no quiere saber de nada que tenga la rúbrica del presidente. La paz la tiene. Pero los que lanzaron gritos en la Heroica son los colombianos que pudieron viajar en un diciembre; son representativos, pero no son la mayoría. Otros muchos no tienen que ser santistas para valorar los logros de los acuerdos en cifras de muertos o secuestros evitados, o de turistas recorriendo territorios antes inaccesibles por el conflicto armado. A la hora de sumar amigos de los acuerdos y enemigos de los mismos, los guarismos no se reducen a la favorabilidad del presidente, o a los del plebiscito de octubre de 2016. La audiencia a favor de la solución política del conflicto se ha incrementado. La polarización desde el miedo y la pos verdad, ha tenido su desgaste. 
Doy por sentado que la derecha extrema tendrá su asiento asegurado para la segunda vuelta. El otro cupo estará entre Vargas Lleras y De La Calle. Con más opción para este último, por dos cosas: Vargas Lleras sigue preso del coscorrón y de su incoherencia al renegar de su histórico partido, Cambio Radical, además de que parece un candidato al que le falta vitalidad. Aunque podría recuperase. El aspirante Liberal debe traducir el gran reconocimiento que tiene como estadista en favorabilidad política. Su discurso es tímido, general, huero. Si logra un discurso fresco, más cercano a su pasado como nadaista, más que recurrir al lenguaje del negociador de paz, podrá catapultarse. Humberto tiene más chance de crecer por fuera de su partido, que Vargas. Lo que también podrá ocurrir en la segunda vuelta.   

Puede interesarle: 2018: Statu quo o cambio
  

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Comentarios:

augusto
augusto
2018-01-03 11:00:10
¿La paz seguirá marcando la agenda y los guarismos electorales, como ha ocurrido en los últimos 20 años en Colombia? ¿Pero cual paz por favor? es un mal proceso al que han llevado a los colombianos y del que tiranicamente imponen al pueblo sin recibir del pueblo sus opiniones; todo ha sido hecho a espaldas del pueblo, solo le muestran la punta del iceberg del engaño.

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