Hernán Rivas Barrera: “nunca pensé en hacer novela policíaca…”

Autor: Óscar Jairo González
17 septiembre de 2017 - 02:00 PM

Entrevista con el autor de la novela Insomnes, obra que recrea el relato de las violencias y sus personajes en Colombia, acercándose a lo policíaco.

Medellín, Antioquia

¿Cómo, desde dónde y qué investigación realizó usted para concebir y estructurar “Insomnes” y por qué?
Hay un doble juego en la investigación, está lo académico con los libros de memoria histórica que han sacado sobre algunos de los eventos y masacres que ha sufrido nuestra tierra, como Bojayá y El Salado, también las páginas web en las que aparecen las denuncias, y como siempre la literatura que han escrito sobre esto en cuentos y novelas.
También está otro asunto, que tal vez no pueda llamarse tanto como investigación y son las emociones y sensaciones que produce todo esto en mí, la introyección que hago, cómo lo pienso y en el lugar que me veo frente a eso que nos toca, pero que no nos toca, que es la violencia.

¿Por qué la llamó Insomnes, quienes eran los Insomnes, y si son o fueron como se dice en la novela: “No fueron más que unos niños jugando a salvar el mundo”?
Fue un nombre que salió de un momento a otro, pero que luego tuvo significado, porque este grupo actúa de noche, sin dormir, pero también porque yo no dormía escribiéndolo. Había algo como ironía y es que para “jugar a salvar el mundo” tal vez tenga que ser uno insomne, como Batman que trabaja en las noches. Finalmente, también es una burla, porque no se autodenominan así sino que intentan pordebajearlos con este término. Y sí, eso fueron, no más que unos niños jugando a salvar el mundo. No tuvieron la madurez para enfrentar las consecuencias de lo que estaban haciendo y se convirtieron en lo que no querían, en lo que odiaban.

¿Qué relación o no existe entre Espía e Insomnes, en su forma de ser estructurada, en su tema, en su intención y tensión dramática, son lo mismo o no?
En eso pienso a veces, no sé si la haya, aunque sé que la hay porque soy yo quien escribe y de uno siempre hay en sus libros. Es la misma alma la que duele, la misma la que ríe. Tal vez algo del estilo, de jugar con los narradores y los tiempos, en el tema que toca la violencia, que roza el amor y el desamor, que se hunde en la tristeza y que se aferra a la esperanza. La tensión dramática la busco, intento hacer cuando escribo, una pieza musical, un ritmo, no sé si lo logre, pero lo busco siempre. Creo que allí está la conexión.

¿Por qué y de dónde proviene en usted el interés por la novela policíaca y en dónde están vaciadas en Espía y en Insomnes, por qué son dos investigaciones?
Nunca pensé en hacer novela policiaca y me pregunto todo el tiempo si mis novelas lo son, hay intriga, tensión y hasta policías, pero eso de conocer el detalle de los géneros no se me da. Pero lo que sí es claro es que la novela nace en mí antes de pensar si será negra o policiaca, es una idea que se transforma y crece, que dice no ser cuento y que comienza a irse para donde le da la gana.

¿Qué le hace darle los nombres a sus personajes como por decir: Eva Púrpura, Jacobo Azul, Martín Rojo, Dennis Black, y que busca causar con ello?
Los nombres hacen parte de la Ingenuidad, que es como llamo a la primera parte, quiero mostrar esos niños jugando a salvar el mundo con sus apellidos de colores que forman un arcoiris, con su bondad. Quería “alias” diferentes a los que nos atemorizan, como “Tirofijo”, “El Patrón”, “Silencio”, “Rambo”, quería esos nombres ingenuos que reflejaran a los personajes en la etapa inicial del grupo.

¿Por qué divide el libro en tres capítulos, muy contundentes en sus títulos: La ingenuidad, La sevicia y La melancolía, que son en la estructura de la novela?
Insomnes es para mí un camino, uno que va desde la idea de hacer algo, un viaje en el que uno sabe de dónde sale, pero no a dónde llegará, porque el viaje te transforma y así llegues al mismo punto no serás el mismo. Las tres partes son así esos grandes puertos donde llega el barco de los Insomnes, el camino que se recorre desde esa especie de ensoñación de heroísmo, que se convierte en poder, muerte y dinero y que finalmente se repliega en sí para purgar sus penas y regresar donde tal vez no haya posibilidad de regreso.

¿La música, las canciones son elemento narrativo poderoso en Insomnes, como lo eran también en Espía, porque aquí son canciones de los Stones, de Los Diablitos y Blades, qué dicen o quieren decir? 
La música es parte de mí, así a veces yo sienta que no soy parte de ella. En Espía era el día a día, la cotidianidad, la forma como expresaban la vida y los sentimientos los personajes. En Insomnes son sentencias, Los Stones les presentan al Diablo que se los comerá, que podrían bien convertirse en una estrofa más de su canción. Los diablitos son un homenaje, porque uno de los sobrevivientes de una de las masacres que se narran, recuerda que mientras los victimarios mataban y cortaban cabezas se oía de fondo la canción Los caminos de la vida, Rubén Blades también anuncia el camino y Eva no hace más que convertirse en el coro de la canción: busca en el agua y en los matorrales. El desaparecido que está así porque no todos somos iguales. Y que vuelve cada vez que lo trae el pensamiento y al que le habla con la emoción apretando por dentro.

¿Cómo se presentan y se desarrollan las relaciones de un lugar que es Nueva York y “el país de la furia”, qué provocación instalan y qué son en la naturaleza de la novela misma? 
Son una burla pienso ahora, quizás antes pensaba algo diferente… la capital del mundo y un país que para ellos no existe porque su concepción del continente termina en la frontera con México. Pienso que vivimos en el país de la furia y que no nos damos cuenta, por eso quería traer un gringo para que le diera una mirada desde afuera, ahora no sé si lo logré.

¿Quién es Eva, y por qué, es el personaje en que se concentra y radica la historia: “Eva, mordió la manzana y la desnudez de la que se hizo consciente…”; y Sonia es lo contrario?
Eva es la heroína del libro, es quien mantiene los ideales de bondad, y sí, mordió la manzana y entonces el mundo dejó de ser paraíso, pero se dio cuenta y entonces decidió trabajar por él. Sonia en cierta forma es lo contrario, no se dio cuenta que había manzanas y que se iban pudriendo, sin embargo también son la misma persona, las dos caras que todos tenemos, ese yo social y ese profundo y escondido.

La violencia se releva poderosamente, en la medida en que así es la historia que se narra: “Morgan y Eva se convierten en pescadores de muertos, de sus pedazos desmembrados…”, por qué?
Ese es tal vez el asunto más literal de toda la novela, ¿por qué? Porque aquellos que tienen desaparecidos pescan muertos todo el tiempo, luchan por ellos, recorren el país en la búsqueda de tumbas, visitan los ríos y los cementerios hechizos que encuentran; porque su vida se convierte en eso y solo eso.

¿Por qué hay un símbolo que tentacula, quizá sí o no para usted, la novela, que es un pájaro, el Barranquero o Pájaro de la soledad, qué busca con ello?
Busco un poco de cordura, consciencia, esperanza. Es el pájaro de la soledad un ave maravillosa que se mete en la cabeza de Eva para hablarle, cualquiera podría decir que está loca, pero en realidad es la forma en la que ella logra tramitar el inmenso dolor que tiene. Y sí, para ella y para mí se convierte en un símbolo.

¿Política y religión, son en mí consideración elementos estructurales del constructo teórico de Insomnes, en qué sentido le son esenciales y necesarios?
No lo había pensado, han de ser parte de mí y de todos los Insomnes y creo que no quedará más por decir que la esencialidad de ellos es el libro.

¿Qué técnicas se da y requiere usted para escribir, y para escribir una novela como “Insomnes”, qué obsesiones le mueven?
Las técnicas las aprendo leyendo, medio autodidacta… algunos párrafos de Roberto Burgos Cantor, los diálogos de Saramago… y así, luego todo eso se junta en mi cabeza y se revuelve para formar lo que escribo. Me mueve el amor, aunque no sean románticos mis escritos y esa obsesión se va juntando así como la vida misma con el montón de cosas que me van tocando.

¿Por qué la provocación tan evidente de los Insomnes cuando se dicen a sí mismos: “Vamos a dejar de ser eruditos hablando en lenguaje de metáfora…”, de qué se trata? 
Esa es la sentencia de su cambio, cuando dejan de salvar el mundo para intentar conquistarlo, cuando se convierten en esclavos y amantes del poder y deja de importarles lo demás.
Es interesante una novela, en la que como los Insomnes no se mencione ni un novelista, ni una novela que indiquen al lector una historia ya escrita o novelada, por qué? 
Me lo pregunto también, tal vez sea una historia ya escrita miles de veces, ¿será interesante? Habré de esperar la opinión de los lectores.


La experiencia del escritor
¿Qué es escribir para usted, porque escribe y si considera también que: “Pocas veces un escritor tiene la posibilidad de luchar por sus personajes…”? 
Escribir es una sentencia, lo hago porque siento que tengo que hacerlo, también porque me gusta. Luchar sí se puede, lo difícil es ganar las batallas que emprendes por o en contra de ellos, muchos cobran vida y no te queda más remedio que escucharlos y traducir de la mejor manera lo que dicen en letras.


¿Quién como usted se ha formado en la psicología, qué interviene de ella en la construcción de sus personajes, en sus percepciones, en sus coincidencias y contradicciones?
Yo creo que ya ella hace parte de mí y que no pueden desligarse de lo que escribo. Es un todo lo que uno es y eso es lo que expreso. La gente que lea podrá decir que soy psicólogo y es probable que yo no escriba con la consciencia de hacerlo como psicólogo.

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Lo más leído

1
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
2
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
3
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
4
Literatura /

¿Qué es un clásico de la literatura?

Para muchos teóricos, la noción podría ampliarse, siempre y cuando se respeten ciertos lineamientos.
5
Columnistas /

¿Y el masculinicidio?

A toda la muerte violenta de una mujer, le endilgan el calificativo de feminicidio. Es un craso dislate
6
Columnistas /

La carne desmechada o la carne mechada

El verbo mechar significa “deshilachar la carne en tiras”, coger la carne y hacer “mechas”,...