…permiten recordar gestas heroicas, o que traen a colación circunstancias históricas dignas de ser recordadas y que, aún en la actualidad, obligan al análisis y a la meditación.

En otras palabras, a través de la Historia, han surgido muchas frases que no han sido olvidadas y que invitan, con frecuencia, a la reflexión, bien sea para bien o para mal.

Desde la antigüedad, se recuerda a Catón con su: “Hay que destruir a Cartago” y a Cicerón con su discurso: “Hasta cuando Catilina abusarás de nuestra paciencia”, son frases que invitan a repasar las circunstancias históricas que las obligaron.

En el desarrollo de la ciencia debe recordarse el “sin embargo se mueve” de Galileo.

En las luchas del siglo 19 deben recordarse arengas como la Napoleónica: “Cuarenta siglos os contemplan”, y el “Paso de vencedores” de Córdoba en la batalla de Ayacucho. Asimismo conviene repasar la historia para estudiar las causas de la frase de ese si gran Bolivariano: “Aré en el mar y edifiqué en el viento”, ante la disolución de la Gran Colombia.

En la literatura, quien no recuerda el “Ser o no ser” de Shakespeare y el aviso del Dante en la entrada al infierno: “Perded toda esperanza los que aquí entráis”. Respecto al ser debe recordarse que en muchas posiciones hay que “Ser y parecer”.

Y en materia de avisos debe recordarse con tristeza el aviso infame: “El trabajo os hará libres”, en la entrada de un campo de concentración nazi.

En la actualidad en Colombia han hecho carrera muchas frases del Primer Mandatario como: “Ese tal paro no existe”, el “Como nunca antes” y la famoso compromiso de “esculpir en piedra o mármol” la promesa que a la postre no cumplió. Y así por el estilo.

También hay frases que describen una filosofía como los lemas de las instituciones. Tristemente deben recordarse frases como el emblema de nuestra Alma Mater la Escuela de Minas que rezaba: “Trabajo y Rectitud”, que parece haberse olvidado ante el facilismo, el inmediatismo y el desmedido afán de lucro que invadió la práctica profesional.

Por último, suelen inventarse frases rimbombantes como esa de “El General de las mil batallas” que zalameramente le aplicaron al Vicepresidente, olvidando que perdió batallas importantes como la del Palacio de Justicia, y al final, perdió también la guerra con el narcoterrorismo, arriando vergonzosamente las banderas que juró defender.

Es entonces muy importante seguir analizando las frases que continuamente proclaman dirigentes de talla mundial.

Con relación a la crisis venezolana, es muy preocupante, la frase del Papa Francisco al escribir recientemente a los obispos venezolanos, a quienes según trascendió recientemente, les escribió así: “Deseo animarles a que no permitan que los amados hijos de Venezuela se dejen vencer por la desconfianza o la desesperación, males que penetran en el corazón cuando no se ven perspectivas de futuro”. Esta frase ha suscitado muchos comentarios desoladores e inquietudes: ¿Quiere el Papa que el martirizado pueblo venezolano “ponga la otra mejilla, 70 veces siete”? ¿Tendría razón el Sumo Pontífice cuando dice: “no se ven perspectivas de futuro”? ¿Estas posiciones de la Iglesia Católica no están propiciando la proliferación de otras iglesias cristianas?

También es preciso recordar, sin entrar a juzgar las circunstancias, una de las últimas salidas del cuestionado actual presidente de los Estados Unidos, al despedir a un funcionario: “Usted es retirado del cargo, con efecto inmediato. No está en capacidad de liderar efectivamente la Oficina”.

En Colombia, la comunidad se pregunta, con mucha razón, si esta frase no tiene gran aplicación para algunos de los más altos heliotropos del Estado, cuyas trayectorias del pasado y ejecutorias actuales así lo exigen. ¡Queda la inquietud!