Estoy seguro del triunfo del doctor Iván Duque Márquez como presidente. De lo que no estoy seguro es si el recuento de los votos será correcto
Este artículo se escribe cuando comienza la semana más larga y angustiosa de la historia de Colombia. Estoy seguro del triunfo del doctor Iván Duque Márquez como presidente. De lo que no estoy seguro es si el recuento de los votos será correcto…
Si el doctor Duque tiene que pasar a segunda vuelta contra Petro, la angustia se prolongará in crescendo por otros 30 interminables días.
Nunca antes Colombia se ha visto tan expuesta. Algunos dicen que el triunfo de Petro en junio equivaldría a un “salto al vacío”, cuando en realidad no sería cosa distinta de caer en el más negro y terrible abismo, porque para nuestro país, llegar a la situación de Venezuela no sería cuestión de años, sino de meses…
Lea también: ¿Siete mil diplomáticos cubanos?
***
Para casi todo el mundo resulta incomprensible la estupidez y testarudez de Maduro y sus cómplices. Por eso mismo ponen en duda que Petro pueda llegar a ser tan destructor y tiránico. Desconocen que la finalidad del comunismo es el establecimiento de un sistema social carcelario y no entienden que su dominación se basa en el hambre. ¡Un pueblo hambreado durante 24 horas diarias no puede dejar de obedecer!
Por eso, Petro no es un demagogo irresponsable cuando propone, con la mayor seriedad, su larga cadena de sofismas, su “dialéctica del aguacate”, la amenaza de “comprar” las tierras productivas para repartirlas, su compromiso con la “reforma integral agraria”, que elimina la agricultura productiva, y su odio por la ganadería. ¡Él sabe hasta dónde tiene que llegar!
Cuando este candidato de la revolución dice que “hay que comer menos carne”, no piensa en que el fin de la economía es hacer posible que quienes no hayan comido carne puedan empezar a consumirla… No es lo mismo cuando el médico ordena al paciente reducir su ingesta que adelantarse con balandronadas a justificar la inexorable escasez que habrá de causar —deliberadamente— su actuación.
Pues bien, el hambre que siempre acompañó al comunismo en Rusia y China, la escasez atroz en Norcorea, y la perenne de la Cuba castrista se repiten en la pobre Venezuela. Si a Petro lo suben, el hambre en Colombia no será un suceso fortuito ni responderá a ninguna maquinación malévola del imperialismo. Al contrario, será el resultado inevitable de unas políticas equivocadas, a nuestro parecer, pero exitosas desde el punto de vista de la revolución, porque en el hambre se funda la dominación totalitaria sobre un pueblo.
Siguiendo el esquema estalinista, la revolución cubana organizó los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que manzana por manzana, desde hace 59 años, reparten los escasos alimentos de mala calidad entre los vecinos, siguiendo criterios de lealtad política, amistad o animadversión.
De allí pasaron a Venezuela, donde Chávez los creó en 2006 como “Consejos Comunales”, pero a medida que aumentaba la escasez Maduro los cambió por los Clap (Comités Locales de Abastecimiento y Producción), que deben solucionar la crisis alimentaria propiciando cultivos en patios y azoteas y “engordando” un conejo en cada hogar!
En marzo pasado, de cara a las “elecciones”, se creó la Red de Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS), mecanismo de vigilancia, sucesor de la famosa “Ley Sapo” de Chávez, y en abril se ordenó a los Comités de Luchas Populares la realización de un censo casa por casa, dizque para “saber cuántos votos movilizaría el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), pero que en realidad “servirá para acusar a la gente y quitarles las bolsas de comida”, la mayor fuente de alimentos en un país donde la agricultura productiva no funciona y el gobierno ya no tiene dólares para importar provisiones suficientes para el esmirriado racionamiento.
En fin, dentro de la habitual retórica comunista, el Psuv especifica que “a través de las Unidades de Batalla Bolívar Cháves, los dirigentes sociales deben desarrollar una estrategia de comunicación política que incluya la identificación clara del enemigo interno (…)”.
Ahora bien, en Venezuela estas determinaciones se interpretan popularmente como una velada advertencia de que, a partir de la “reelección” de Maduro, se tomarán medidas para excluir a quienes no merezcan el título de “patriota cooperante” del Clap correspondiente, o de los beneficios sanitarios, en un sistema de salud que ya carece de medicamentos, insumos, dotación, etc.
Al lector que quiera conocer mejor la Venezuela de Maduro y la posible Colombia de Petro, le sugiero el artículo Quitarán beneficios a quienes sean críticos de Maduro luego del 20-M
https://mail.google.com/mail/ca/u/2/?ui=2&ik=41a5bde65b&view=lg&msg=1636324a4c46278b
y la recepción de Principales Noticias de Venezuela, blog que recoge diariamente fuentes oficiales y gremiales del país hermano, advirtiendo que esa terrible lectura solo la pueden tolerar almas recias y bien templadas
https://mail.google.com/mail/ca/u/2/#inbox/16368528676ef3cf
***
Está en mora el señor fiscal general de acusar penalmente a quienes sustrajeron un detenido de su lugar de reclusión, y a sus cómplices, ministros, funcionarios o clérigos, que lo protegen en un recinto antes consagrado a labores apostólicas; y también a los magistrados de la JEP, por usurpación de funciones judiciales.