El primer encuentro del equipo de gobierno de Iván Duque, encabezado por él mismo, y los empresarios, que transcurrió los días jueves 16 y viernes 17 en el marco del Congreso empresarial colombiano organizado por la Andi, dejó expectativas positivas entre interlocutores que avizoran posibilidades de retejer el diálogo y recuperar la confianza que se deterioró en el último tramo del gobierno Santos, debido a la terquedad del presidente por imponer el acuerdo final con las Farc haciéndose de oídos sordos a los llamados de más de medio país, incluidos los empresarios, que, tras la victoria del NO en el plebiscito, hicieron un gran esfuerzo, desatendido, para proponer las bases de un “acuerdo incluyente, duradero y sostenible”.

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La reunión permitió el diálogo del presidente Iván Duque, la vicepresidente Marta Lucía Ramírez y los ministros responsables de la agenda económica, con los empresarios, cuya vocería fue tomada por Bruce MacMaster y los líderes de la Andi. Este transcurrió en un marco de respeto entre la institucionalidad estatal, que representa a todo el país, y las organizaciones empresariales, que son imprescindibles para mantener el Estado social de derecho y garantizar la existencia de una sociedad democrática, legal, justa y equitativa. Pasar de la favorabilidad a la confianza será el fruto de las ejecutorias con que el Estado y el sector productivo demostrarán su determinación de atender los compromisos con que empiezan a configurar y realizar la propuesta de pacto social que los empresarios presentaron en 2016 y que el presidente Iván Duque ha recogido, con necesarias reformulaciones, en el inicio de su gobierno.

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Cuando claman porque el Estado recupere el clima de inversión para propiciar que el país vuelva por la senda del crecimiento asociado a la productividad y eficiencia de la economía, y no a los vaivenes del petróleo y el dólar, los empresarios enfatizan en sus reclamos por seguridad jurídica y garantías de estabilidad, que son producto de la racionalidad legal e impositiva, valores que se pierden con medidas que imponen a las empresas, principalmente y a veces hasta con tributos a la operación y no a las utilidades, la carga del progreso general y el bienestar de la población. El ministro de Hacienda ha ofrecido cambios tributarios con una reforma en clave de equidad, que es el paso al que el gobierno Santos no se atrevió por cuanto exige ampliar la base tributaria para ampliar mayores responsabilidades a las personas naturales con ingresos altos, reduciendo las cargas de las empresas. A cambio de la racionalidad impositiva, las empresas se comprometerían con la mayor generación de empleo y la garantía general de trabajo decente.

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Además de la propuesta tributaria expuesta por el ministro Carrasquilla, el presidente Duque y su equipo de gobierno expusieron sus ideas sobre la legalidad, la equidad, la productividad y el pacto social, que defienden como las bases de transformación para la paz, el crecimiento y la consolidación de la sociedad. En la presentación del primer mandatario se destacan sus compromisos para luchar contra la corrupción, paso que inició con la presentación del proyecto de acto legislativo para contenerla; el contrabando que socava las bases del crecimiento industrial y que está asociado a la generación de rentas ilegales, así como la piratería. Para el impulso de la productividad propone el apoyo al aprovechamiento de los TLC con acciones que incluyen la “diplomacia sanitaria”, así como el mayor acceso de los emprendedores a crédito razonable.

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Es esperanzador que el presidente Duque plantee un pragmático modelo de equidad que se sustenta en contribuciones y eficiencias para ampliar la cobertura en acceso a la vivienda propia, mediante cambios en la financiación que parecen anunciar el fin de las viviendas gratis; resolver los problemas que crean barreras en el PAE; fortalecer la educación superior abriendo paso a la gratuidad en la universidad pública, y corregir severas deficiencias en el funcionamiento de las EPS y la prestación del servicio de salud. Las transformaciones exigen disposición y acciones del Estado, las organizaciones involucradas y la ciudadanía.

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En sus presentaciones, el presidente Duque y la vicepresidente Ramírez enfatizaron en su determinación de buscar el Pacto social por Colombia por la vía del diálogo social. Siendo tal su propósito, cabe esperar un pronto encuentro con el sindicalismo, hoy agrupado en tres grandes centrales, en el que las partes, en especial los trabajadores, superen radicales ideologismos y se dispongan al diálogo franco que reconozca necesidades, expectativas y compromisos de cada sector para la transformación necesaria en procura de la paz, el crecimiento económico perdido y la equidad esperada.

Comentarios:

Duverney
2018-08-19 13:16:35

Ahora sí, a los que se creían ricos y votaron por Duque, ahí les llegó su factura bono por votar por el que diga Uribe, y a los pobres que se comieron el cuento de qué petro les iba a quitar lo que no tenían y votaron sin saber, ahí sí les va. Tocar rebuscarse lo que no tienen para pagar lo que no tienen

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