Germán Vargas se lanza al ruedo

Autor: Nacho
13 marzo de 2017 - 02:48 PM

Luego que el vicepresidente presente su renuncia esta semana ante el Senado, esta corporación deberá citar a plenaria para considerar si la acepta o la rechaza.

Colombia

El acontecimiento político de la semana que comienza y con fuerte incidencia en la campaña electoral hacia la presidencia de Colombia, en las elecciones del último domingo de mayo del 2018, lo constituye la renuncia del vicepresidente Germán Vargas Lleras para lanzarse a su segunda candidatura presidencial.

La primera aspiración de este abogado y político bogotano, nieto del expresidente liberal Carlos Lleras Restrepo, se registró en las elecciones del 2010, logrando la tercera mayor votación del país, con cerca de un millón y medio de votos y desde ese momento se ha mantenido en el abanico o en la fila de los presidenciales en Colombia. Desde el 2010 viene acompañado los dos gobiernos del presidente Santos, primero como ministro del Interior, luego en la cartera de Vivienda y en el 2014 como su fórmula vicepresidencial, cargo al que precisamente proyecta dimitir para buscar su nueva opción presidencial, ocho años después de su primer intento.

El marginamiento de Vargas Lleras del gobierno tiene algo de macondiano, pues ha sido una crónica de una renuncia muy anunciada. En desarrollo de un maratónico periplo, que ha realizado junto al presidente Santos, para la entrega de obras sociales y de infraestructura por todo el país, a principios de este mes anunció en Cartagena que le dirá adiós a la vicepresidencia y al gobierno de turno, durante una rendición de cuentas prevista para este martes 14 de marzo en un acto programado en el Gran Salón de Corferias en Bogotá. Pero era una posibilidad que se daba como un hecho desde hace rato en el país político.

Esta baja de su cargo vicepresidencial va tan en serio, que desde hace varias semanas atrás, el presidente Santos le tiene reemplazo con el general en retiro de la Policía, Óscar Naranjo, y también a que se va de candidato presidencial, propósito que todo el mundo sabe, pero que él hasta ahora no ha confirmado públicamente.

En cumplimiento de la muy comentada gira, con inclinaciones proselitistas para algunos, que lleva a cabo por Colombia, este fin de semana en Rionegro, Antioquia, ratificó aún más su propósito de marginarse de la Vicepresidencia este miércoles, tras el acto de Corferias, pues ese día radicará ante el Senado su carta oficial de renuncia.

Cuando en 2014 Vargas Lleras aceptó la Vicepresidencia, la Constitución no le imponía mayores inhabilidades para ser candidato presidencial. Incluso lo habilitaba para seguir ejerciendo sus funciones de forma simultánea con la candidatura y podía perfectamente seguir inaugurando obras y hacer campaña para conseguir votos.
Pero debido al desequilibrio para con los demás candidatos presidenciales que serán sus rivales en el 2018, el Congreso de la República, tanto en el Senado como en la Cámara, coincidió en que al vicepresidente había que imponerle ciertas inhabilidades y la aprobó en el 2015, en desarrollo de la reforma constitucional denominada “de equilibrio de poderes”. El artículo constitucional 197 fue modificado y se dispuso que “no podrá ser elegido Presidente de la República o Vicepresidente el ciudadano que un año antes de la elección haya tenido la investidura de Vicepresidente”, que era la prohibición que siempre han tenido ministros, magistrados, el fiscal general, el procurador, los comandantes de las Fuerzas Militares y alcaldes y gobernadores.
Entonces, Vargas Lleras que fue elegido vicepresidente para un período de cuatro años, tienen que renunciar un año antes de las elecciones presidenciales del 27 de mayo del 2018 (primera vuelta), lo que obligó a ejecutar con mayor rapidez sus planes y compromisos como jefe de la política de infraestructura y con suficiente tiempo para evitar esa nueva inhabilidad constitucional, pues se aleja de las mieles del poder con un año y más de dos meses de antelación a los comicios presidenciales.

Complejo camino

La presencia del también exsenador y máximo jefe de un partido político como el hoy muy polémico Cambio Radical, animará la campaña y el panorama de las aspiraciones presidenciales. Y aunque es uno de los señalados favoritos para llegar a la Casa de Nariño, no la tiene nada fácil en el muy complicado camino hacia el poder presidencial, que ya ocupó su abuelo Carlos Lleras Restrepo en 1966.

Su retiro de la Vicepresidencia para intentar acceder a la presidencia, se registra en el momento en que peor se encuentra su intención de voto y su imagen ante los colombianos o posibles sufragantes.

Durante largos meses estuvo cabalgando en niveles de aceptación, como posible candidato, superiores al 60%, pero en la última gran encuesta nacional cayó en picada su popularidad por errores como el coscorrón público a uno de sus escoltas y al no apartarse del todo, pese a algunos silencios con el proceso de paz, del gobierno santista, que también atraviesa una graves crisis por sus bajísimos índices de reconocimiento nacional.

Algunos comentaristas del acontecer político sostienen que lo más difícil para Germán Vargas Lleras no será comprometerse con la paz y el posconflicto, sino que su desafío mayor será desafiar la corrupción y el clientelismo, pues muchos lo asocian con la clase política que hoy tiene muy indignada a los colombianos por las decisiones adoptadas por el Ejecutivo y el Legislativo en temas tan sensibles como el tributario, el empleo, la pobreza, la economía, lo social, los escándalos y el manejo del proceso de paz con las Farc, que tiene dividido al país tras el referendo de octubre del año pasado.

Igualmente otros aducen que queda libre para asumir su campaña, pero con muchas decisiones pendientes, como el desprestigio de su propio partido, la propuesta que aspire por firmas, las malas relaciones con partidos de la Unidad Nacional, básicamente los Partidos Liberal y el de la U, pero también se acepta que como todavía falta mucha tiempo para las elecciones del 2018, todo puede pasar en el muy dinámico panorama de la política electoral colombiana.

Lo que sí sabe todo el mundo y sobre todo sus competidores, es que Germán Vargas actuará ahora sin limitaciones y no se quedará callado para cotejar con muchos de los candidatos y precandidatos que hoy ya suenan como Humberto de la Calle, Sergio Fajardo, Claudia López, Jorge Robledo, Marta Lucía Ramírez, los aspirantes uribistas y sobre todo como encarar el ajedrez político de las coaliciones que necesariamente tendrá que construir para intentar ganar en las urnas o al menos pasar a la segunda vuelta en junio del año entrante.

Por el momento, este miércoles, según sus mismas palabras, presentará la carta ante el Senado, corporación que deberá citar a plenaria dentro de los tres días siguientes para considerar esa renuncia. Otros afirman que lo debe hacer dentro de los diez siguientes a la renuncia. Estas dudas se registran, pues el profesor de Derecho Constitucional, David Suárez Tamayo advierte que este trámite no está regulado.

Entre tanto, algunos congresistas contrarios al pensamiento vargalleristas han pedido a sus compañeros que no aprueben el retiro, pero por los pasillos del Congreso se dice que lo hacen para alterarle su mal genio, que ya es bastante conocido, aunque otros lo defienden diciendo que es ante todo un hombre de mucho temperamento.

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