Todo evento grande que reúna masas de público tiene dos atractivos, el de la inauguración y el final. Los más importantes directores de esa ciencia de la comunicación llamada “Relaciones Públicas” dedican en la planeación de este tipo de eventos, la máxima atención a cómo comenzar y cómo terminar.
Hace 28 años se viene realizando Colombiamoda. Una feria que en su principio tenía el claro objetivo de poner en pasarela lo mejor del diseño colombiano, tener la información completa de las tendencias de todo aquello que hablara del vestuario femenino y masculino. En los primeros años llegaron como invitados especiales a complementar la gala de las pasarelas importantes diseñadores internacionales. En las primeras filas los invitados tenían nombre propio de empresarios de la moda, de la sociedad y muchos de los que más se veían en las revistas del corazón. Aquellas inauguraciones en su mesa principal tenían protocolo con varios representantes del gobierno nacional y los finales fueron muchos con la gala del vestido largo. El orgullo de una escarapela era el de saber que se pertenecía al sistema moda. Medellín, como ciudad influyente de evolución permanente, va y viene en sus cambios. Cambios que marca un proceso de globalización.
Hoy el cuento es otro y no propiamente es un cuento de hadas de comer perdices y final feliz. Hoy el estar conectados a todas las redes del mundo exige tener el bombillo prendido a toda hora. Ahora hay más ruido que suaves violines, los negocios no se concretan tan fácilmente, no hay mucha plata en los bolsillos y la participación es de costos altos, la asistencia es de gran volumen esta feria con más de 56.380 personas de todas las razas, colores, tamaños, condiciones, oficios y profesiones. En la plazoleta exterior se vio la gran pasarela humana, la real la que se viste como le da la gana, la que se disfraza y a la que visten los que dicen que saben de tendencias. En las primeras filas de pasarela la pregunta fue… ¿y quiénes son esos?
Pero hay una formidable conclusión… con muchos o pocos negocios, el nivel de lo que se vio en las pasarelas fue muy interesante, varias fueron las colecciones de fuertes aplausos. Y la gente se fue feliz porque la clausura fue a punta de vallenato, salsa y pop con Fonseca.
Gracias a nuestros fotógrafos: Cámara Lúcida, Estefanía Posso y Bladimir Venencia.