Mónica Andrea Saavedra Crespo - EFE

El crecimiento económico es necesario pero no suficiente para reducir los niveles de pobreza, porque se debe diferenciar entre lo que se produce y cómo se distribuye lo producido entre los trabajadores y el Estado. No obstante, los economistas dicen que aunque la pobreza sea mayor en el campo, el fenómeno que se evidencia es que está migrando hacia los centros urbanos, por lo que no se puede desligar la ruralidad de la urbanidad, ni tampoco sus políticas distributivas.

De acuerdo con un informe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (Fida), el crecimiento económico no es suficiente para reducir la pobreza rural, por lo que se necesitan políticas e inversiones para transformar el campo en los países en desarrollo.  

Jorge Coronel López, economista y docente de Economía de la Universidad de Medellín, manifestó que “el crecimiento está resultando insuficiente al mirar los resultados sociales, es decir que las economías crecen y los países lo hacen económicamente hablando pero no necesariamente se alivian los problemas de desempleo, pobreza, miseria y desigualdad”.

Tras analizar las experiencias en el ámbito rural en más de sesenta países en desarrollo en las últimas décadas, la agencia de la ONU, Fida, sostuvo que solamente las políticas centradas en la población rural eliminarán la pobreza.

En contraste, Albeiro Acevedo Duque, economista y docente del pregrado de Economía de la Universidad Nacional, explicó que esa afirmación es muy general. “Es verdad que en el campo hay más pobreza que en la ciudad generalmente, pero, en casi todos los países, la mayoría de la población vive en las ciudades y no en el campo, inclusive en China. Por ello, el número de pobres es mayor en las áreas urbanas que en las áreas rurales”.

Precisamente en el caso colombiano, más del 75% del total de la población vive en centros urbanos y el resto en las áreas rurales, por lo cual decir que “sólo las políticas centradas en la población rural eliminarán la pobreza -según Acevedo Duque- es una verdad a medias”, al desconocer que la pobreza es mayoritariamente urbana.

Asimismo, el docente de la Universidad Nacional expuso que hay que tener en cuenta “cómo se distribuye lo producido entre los agentes de la producción y cómo se presenta el proceso de redistribución del ingreso en la circulación y el mercado, especialmente por medio de las políticas públicas de gasto social y la imposición de los sistemas de tributación”.

Por su parte, Coronel López comentó que el 2008 fue el punto de quiebre donde la población fue cada vez más urbana que rural. “No hay unas políticas complementarias que permitan la redistribución de la renta y en ese sentido, no va a haber un derrame social en términos de tratar de arreglar ciertos problemas”, señaló.

Lo que significa que cuando las economías crecen es porque se supone que producen más y la producción lleva a un mayor crecimiento, “pero no siempre los que tienen las ganancias de una mayor producción se las llevan a los pobres. Por lo tanto, allí es donde faltan las políticas distributivas o redistributivas”, indicó el profesor de la Universidad de Medellín y agregó que esa es una falencia que tienen todos los países desarrollados y subdesarrollados, debido a que tienen dificultades de desigualdad y pobreza, “porque en los  desarrollados también tienen problemas de redistribución, aunque tengan una mejor institucionalidad”.

Acevedo Duque puntualizó que se requiere que el Estado establezca políticas públicas, a través de la distribución del presupuesto en gasto e inversión sociales para que la población no beneficiaria del crecimiento pueda acceder a salud y educación para los miembros del hogar; acceso a servicios públicos domiciliarios y disfrute de condiciones adecuadas de vivienda; bienestar de la niñez, la juventud y la adultez; y acceso a trabajo decente.

El desarrollo agrícola requiere apoyo
La especialista del Fida y coordinadora del informe Constanza di Nucci sostuvo: “Las transformaciones rurales no suceden por sí solas, necesitan ser generadas. Debe haber decisiones políticas, instituciones diseñadas de acuerdo con las realidades territoriales e inversión”.

En ese sentido, Acevedo Duque expuso que una ley histórica indica que no hay desarrollo industrial sin desarrollo agrícola y que no se puede pretender saltarse el campo para resolver los problemas de la ciudad, del empleo, de la productividad, de la inflación, etc. “La integralidad del desarrollo exige que se resuelvan a la par los obstáculos agropecuarios con los de sector manufacturero y de los servicios, por medio de políticas económicas y decisiones políticas de los gobiernos”.

Asimismo, de acuerdo con el estudio, influyen factores como el empleo, la población joven, los derechos sobre la tierra, el acceso a la financiación, la igualdad de género y la protección social.
Di Nucci subrayó que no se puede separar el desarrollo rural de las grandes transformaciones a nivel económico, como tampoco mantener todavía la dicotomía entre el campo y la ciudad.