Tras la declaración de Tomas Elejalde, gerente del Metro de Medellín, indicando que el vagón exclusivo sería el último recurso que utilizaría la empresa para prevenir el abuso contra las mujeres , algunos grupos colectivos de mujeres de la ciudad precisaron que de ser posible llevarían la petición hasta la Administración.
Aunque son pocos los casos que se conocen sobre agresiones sexuales hacia las mujeres en el trasporte público de Medellín, la denuncia de Giselly Andrea Mejía, quien a través de sus redes sociales narró cómo un hombre al parecer tocó sus partes intimas cuando viajaba en un vagón del metro con dirección a la estación San Antonio, despertó la indignación de las personas y las alarmas de las organizaciones de mujeres de la ciudad y del departamento frente a estos hechos.
Ante similares circunstancias, en Bogotá, considerada como la ciudad con más acoso hacia las mujeres que se suben a un transporte público en el mundo, según una encuesta divulgada por Forbes y basada en un estudio elaborado por la Fundación Thomson Reuters, se han implementado estrategias como el vagón exclusivo para mujeres, iniciativa que se desarrolla en países como Brasil y Japón.
Sin embargo, en una entrevista reciente con EL MUNDO, Tomas Elejalde, gerente general del Metro de Medellín aseguró que destinar un vagón exclusivamente para el uso de las mujeres sería la última opción que se tomaría, puesto que “una separación de estas no es lo normal en la sociedad”.
Elejalde, quien lamentó lo sucedido en el metro y se mostró extrañado con “la falta de solidaridad de los compañeros de viaje de esta dama, la cual hace parte de una Cultura Metro a la que hemos apelado durante 21 años”, indicó que espera que esto no siga sucediendo en el trasporte público ni con las mujeres ni con las poblaciones vulnerables, explicó que estos hechos se tienen que prever reforzando la cultura ciudadana y “los comportamientos positivos. La otra solución es lo del mejoramiento del servicio en término de tener más trenes”. También señaló que hay mecanismos para salvaguardar este tipo de situaciones mediante el Código de Policía que se puede apoyar con la seguridad electrónica, es decir, las cámaras que estarán instaladas en los vagones.
Ante esta posición, Clara Mazo, coordinadora del programa radial El café de las Sabinas de la Corporación Vamos Mujer, indicó que “el gerente del Metro no le puede decir no al vagón exclusivo, algo que se encuentra hasta en países como México, si el colectivo de mujeres lleva el debate hasta la Administración apoyado por la Política Pública para la seguridad de las mujeres”.
Mazo señaló además que “hay policías que controlan otras cosas en el trasporte público pero no el abuso en el sistema de trasporte hacia las mujeres. Se debe estar en disposición para entender que este es un problema que le ha pasado a la mayoría de las mujeres que usan el trasporte público”.
Al respecto, Adriana María Sánchez, profesional de la gerencia social y de servicio al cliente, precisó que si bien el Metro no tienen la competencia de impartir sanciones lo más importante es que las mujeres reporten de manera inmediata estos casos a las autoridades para registrarlos.
Ciudades peligrosas
Las diez ciudades con el transporte público más peligroso para las mujeres en el mundo, según la firma Thompson Reuters son:
1. Bogotá, Colombia
2. Ciudad de México, México
3. Lima, Perú
4. Nueva Delhi, India
5. Jakarta, Indonesia
6. Buenos Aires, Argentina
7. Kuala Lumpur, Malasia
8. Bangok, Tailandia
9. Moscú, Rusia
10. Manila, Filipinas