Del chulavismo, pajaritismo y paramilitarismo que es lo mismo

Autor: Sergio Roldán Gutiérrez
13 junio de 2018 - 12:07 AM

Desde siempre hasta hoy, nada nuevo. Cada partido (y cada militante) acomoda sus ideales para apoyar al que creen que va a ganar. Digamos que es un tema de la condición humana para no ahondar en asuntos  sensibles.

De las expresiones chulavismo y pajaritismo de mitad del siglo pasado, que defendían a los conservadores de los liberales, salen los adeptos al presidente Mariano Ospina Pérez. También Laureano Gómez y Roberto Urdaneta los apoyaron y se hicieron los de la vista gorda ante las atrocidades de estos fanáticos, que delinquían para preservar el orden, porque la fuerza pública definitivamente no estaba interesada en hacer ese esfuerzo (en muchos lugares del país pareciera que aún no les interesa) para reparar la fractura social generada por ese 9 de abril de 1948, de la que un bando (los conservadores) acusaron a los del otro (los liberales). Imagínense el escenario: los liberales no se presentaron a las elecciones presidenciales, y obviamente no reconocieron a Laureano Gómez como presidente, entonces, golpe a Laureano Gómez, Rojas Pinilla presidente. Luego la asamblea nacional constituyente en su mayoría conservadora apoya a Rojas Pinilla. Desde siempre hasta hoy, nada nuevo. Cada partido (y cada militante del partido) acomoda sus ideales para apoyar al que creen que va a ganar. Digamos que es un tema de la condición humana para no ahondar en asuntos sensibles. Luego hablan, se establece el frente nacional, en teoría para darle la oportunidad de gobernar a todos, tanto a liberales como a conservadores. Estos dos partidos por más de un siglo gobernaron el país, hasta que Álvaro Uribe Vélez llegó al poder, disidente del partido liberal y apoyado por su movimiento Primero Colombia. En adelante, la historia, sesgada de acuerdo a las tendencias polarizadas de cada quien ya la escribe, pero en síntesis es lo mismo. Medio país tratado de convencer al otro medio, pero resaltando lo peor del otro. Algo así como juzgar a los papás porque tuvieron una empleada en la casa viviendo sin vinculación laboral. Como juzgar al policía que compra un perro caliente en la calle en un puesto de comida informal, o porque anda en contravía. Algo así como despedir a los miles de trabajadores porque bajan de sus barrios en “chiveros” (transporte informal) y compran la ropa a conocidos que la traen de Miami. En fin, un país de gente honorable que exige resultados con casi un 70% de informalidad laboral, con un escaso 20% de recaudo de su PIB en impuestos, y una extraña manía de culpar a los otros porque no resuelven lo que nos toca a nosotros. Mi mamá decía: En lo poco se ve lo mucho, y en tantos años dando clase y trabajando en las universidades, conociendo a tantos maestros, los títulos universitarios de maestrías y de doctorados son en serio y ese detallito me molestó mucho de Gustavo Petro, que se aseguró doctor. Lo ví en varios programas de televisión autodenominándose doctor y en  algunos discursos haciendo referencia a ese título. Gobernar es muy complejo, y hay que apoyar al que lo hace para evitar que se equivoque, porque el sistema está hecho para que todo el que llegue, lo haga. Hay que acompañar al que gane, porque la dinámica del cargo va generando arrogancias y fanfarronerías que es necesario advertir. Al igual que en la contienda mexicana, independientemente de los errores y del pasado de los aspirantes, hay que tener consistencia absoluta con el futuro, sin promesas imposibles de cumplir, por más firmadas sobre piedra que estén. Me pasa cada que escucho a Petro y a AMLO, no se si es porque conozco la dinámica de lo público que me parecen imposibles de concretar esas propuestas, o porque siento que no serán a futuro del todo confiables. Sentir también cuenta en estas cosas. El sistema que tenemos exige tomar partido en segunda vuelta, y eso no hace a los unos delincuentes y a los otros cultos, ni hace a unos guerrilleros y a los otros paramilitares. Yo votaré por Iván Duque y pienso que es la mejor propuesta.

Vea también: Y los nuevos líderes ¿dónde están?

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Este será el año de la ciudadanía
Columnistas

Este será el año de la ciudadanía

Los ciudadanos tendremos la oportunidad de elegir bien y por eso todas las esperanzas puestas en que este será el año.

Lo más leído

1
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
2
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
3
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
4
Literatura /

¿Qué es un clásico de la literatura?

Para muchos teóricos, la noción podría ampliarse, siempre y cuando se respeten ciertos lineamientos.
5
Salud /

La legalidad facilita el consumo de popper

Si una persona inhala popper y la consume en su diario vivir, podría convertirse en una sustancia...
6
Columnistas /

La ira de Villegas, los silencios de Villegas

Qué ira, qué indignación la del ministro, muñeco del gran ventrílocuo Santos