Los grandes acontecimientos, que estimulan esa necesidad natural del ser humano de comunicarse, de informarse de lo que sucede alrededor, fueron epicentro de la erupción que hace 70 años mostró la importancia de expandir las ondas radiales a todos los rincones del territorio nacional, aunque en esa época ya contaba con casi dos décadas de historia.

Fue en Barranquilla en 1929, es decir hace 89 años, donde se fundó la primera emisora colombiana, la Voz de Barranquilla, lo que abrió las puertas para que en la década de los 30 se presentara una nutrida apertura de nuevas emisoras en Bogotá, Medellín, Cali Manizales, entre ellas la Voz de la Víctor, Radio Santa Fe, la Voz de Bogotá, Radio Boyacá, Radio Manizales, Ecos del Occidente, Nueva Granada (hoy RCN) y en Medellín la Voz de Antioquia y la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, fundada en 1933.

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Entonces aparecieron los grandes sucesos: el accidente que cobró la vida de Carlos Gardel en el aeropuerto Olaya Herrera, el 24 de junio de 1935, hecho con el que también nació el radioperiodismo de control remoto, porque fue el primer hecho trasmitido en vivo desde el lugar de los acontecimientos a través de la Voz de Antioquia; el Bogotazo, como se le llamó a la revuelta que produjo el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán aquel 9 de abril de 1948, ese mismo año el Primer Congreso Eucarístico que tuvo lugar en Cali; y en lo deportivo el nacimiento del torneo profesional del fútbol colombiano en 1948 y tres años después la aparición de la Vuelta a Colombia en bicicleta.

Hechos puntuales que marcaron el inicio de nuevas etapas y fomentaron el desarrollo del más tradicional de los medios de comunicación, la radio, que entonces entendió que debía crecer y evolucionar para poder cubrir esa creciente necesidad de información de oyentes a lo largo y ancho del territorio nacional.

Entonces se crearon los primeros enlaces para que el país se enterara de lo que pasaba en las otras ciudades, y esa fue la explosión de la radio comercial que hace 70 años dio paso a la creación de cadenas como RCN, Caracol y Todelar.

Para consolidar esa idea, tras los pioneros que alimentaron el medio en sus primeros años,  aparecieron en la década de los 50 los primeros locutores profesionales, los hombres que le dieron imagen a la radio: Otto Greffeinstein, Carlos Pinzón, Humberto Martínez Salcedo, Hernán Castrillón Restrepo, Jorge Antonio Vega, Pastor Londoño Pasos, Bernardo Tobón de la Roche, Joaquín Marino López, Gaspar Ospina, Julián Ospina, y Gabriel Muñoz López, entre otros.

“Fue una época maravillosa, porque con el auge de la radiodifusión nació el radioperiodismo, pues las emisoras vieron la necesidad de informar, de contar lo que estaba pasando, y van apareciendo los locutores de noticias, comerciales y los presentadores de música”, evoca a sus 91 años y con plena lucidez Gabriel Muñoz López, todavía vigente en la radio colombiana.

“Vi nacer muchas emisoras, entre ellas Claridad en Medellín, La Voz de Colombia, Radio Continental y Emisoras Nuevo Mundo en Bogotá (1948- hoy Caracol), ya existía Nueva Granada (RCN-1935)”, recuerda.

“Yo empecé en la radio narrando fútbol en Manizales, y cuando iba Millonarios nos enlazábamos con Bogotá, fue tal vez el surgimiento de las cadenas. Pero además, porque en esa época había exclusividad en Bogotá para las transmisiones de fútbol y la tenía la Voz de Colombia, por lo que Carlos Arturo Rueda, que estaba en Nueva Granada y Luis Carlos Sánchez, en Nuevo Mundo, no podían transmitir, sólo hacían boletines para informar a sus oyentes. Ahí se hizo la primera reunión entre gerentes y a partir de 1949 se abrieron las transmisiones”, con una inolvidable trilogía que se grabó en la memoria de los colombianos: Carlos Arturo Rueda en Nueva Granada, Pastor Londoño en la Voz de Colombia y Gabriel Muñoz López en Emisora Nuevo Mundo.

“La radio siempre ha estado presente en todos los momentos importantes, ha acompañado y motivado el crecimiento del país, ha sido compañía para los oyentes y ha promocionado la educación, el entretenimiento, la cultura, el deporte, la defensa de los derechos y las libertades”, resalta Muñoz López, aunque también lamenta que “hoy algunas personas que no son de radio y no tienen la pasión, la vocación y el profesionalismo de antes, pueden obtener fácilmente un espacio radial o trabajar en alguna emisora, con otros intereses que no son los de aportarle al oyente”.

Un medio universal

Pero la radio no ha dejado de evolucionar. Tras esas épocas de crecimiento y desarrollo, llega hoy fortalecida a la era digital

“La radio, contrario a lo que piensan muchas personas, está hoy en su mejor momento. Porque la radio dejó de ser de poca o amplia cobertura territorial dependiendo de sus transmisores. Ahora, gracias a las plataformas de internet, la señal de radio se puede escuchar con nitidez en todo el planeta. La radio hoy es universal, basta tener una aplicación de internet”, señala el reconocido comunicador y docente Javier Velásquez Yepes.

Hace años, las emisoras se escuchaban según su potencia, en la cuadra, en el barrio, en la ciudad, en el departamento o en el país. Ahora esa barrera ya no existe, gracias a internet.

“La radio evolucionó, hoy se escucha universalmente. Lo que cambió en la radio, que mucha gente no ha entendido, es la forma de escucharla. Ya no se escucha en un pequeño aparato llamado radio, ahora se escucha a través de aplicaciones de internet, de celulares, y los pequeños radios transistores o esos grandes radios que había anteriormente en las casas, van desapareciendo”.

Y es que hace 70 años, incluso mucho más acá, para oír un programa la gente normalmente tenía que sentarse donde había un radio, y a la hora que se emitía el programa. Ahora no.

“La radio ha crecido con los avances tecnológicos”, dice Javier en referencia a que hoy se basa en principios esenciales como los que manejan empresas como Netflix: “todos los contenidos, a disposición de todas las audiencias, en todas las plataformas, a toda hora”. Es decir, no hay barreras para los oyentes.

Otro cambio profundo de la radio, apunta Velásquez Yepes, es que “antes la radio se limitaba a informar. Ahora debe comunicar. Cuando se informa, simplemente se generan unos datos y unos hechos, se cuenta una historia. Cuando se comunica, esos datos, esos hechos, esa historia, se analizan, sobre todo porque generan sentimientos y reacciones en el público”.

Y desde ese ángulo hay que decir que la radio es, sin duda, el medio masivo de comunicación que más ha ganado con los avances tecnológicos. Antes era local o regional, ahora es más dinámica, más cercana y universal.

Pero, además, sugiere Javier Velásquez que la radio tiene otro ingrediente que la hace especial, distinta a los otros medios tradicionales de comunicación, y es que la voz es sinónimo de compañía.

“La radio acompaña, la voz humana es el más poderoso medio de comunicación, porque además de informar, de comunicar, acompaña. Y más en estos tiempos, cuando por el afán de la vida mucha gente vive sola, con sus mascotas, la radio es compañía, es un amigo, y eso no se remplaza con nada”, por lo que se entiende que su gran reto seguirá siendo crecer de la mano de las nuevas tecnologías.

La radio llega a todos los rincones

De acuerdo con la información suministrada por el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTic), en Colombia operan hoy 1.584 emisoras, que por la orientación de su programación de dividen entre Comerciales, Comunitarias y de Interés público, y que a la vez por su tecnología de transmisión se encuentran en AM (Amplitud Modulada) y FM (Frecuencia Modulada).

Las Comerciales son aquellas emisoras cuya programación está destinada a la satisfacción de los hábitos y gustos del oyente. El servicio se presta con ánimo de lucro, sin excluir el propósito educativo, recreativo, cultural, científico e informativo que orienta el Servicio de Radiodifusión en general.

De Interés público son aquellas cuya programación se enfoca a satisfacer necesidades de la comunicación del Estado con los ciudadanos y comunidades, la defensa de los derechos constitucionales, la protección del patrimonio cultural y natural de la nación, a fin de procurar el bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población, sin ánimo de lucro, a cargo y bajo la titularidad del Estado.

Y Comunitarias son aquellas cuya programación está orientada a generar espacios de expresión, información, educación, comunicación, promoción cultural, formación, debate y concertación que conduzcan al encuentro entre las diferentes identidades sociales y expresiones culturales de la comunidad, dentro de un ámbito de integración y solidaridad ciudadana, en especial, a la promoción de la democracia, la participación y los derechos fundamentales de los colombianos que aseguren una convivencia pacífica.

Con ellas se puede asegurar hoy que no hay lugar en Colombia al que no llegue la señal de la radio y la compañía de una voz que debe enfocarse en proporcionarle bienestar al oyente.