Implementar hábitos de reciclaje con este material podría incidir en los ingresos obtenidos por compañías y ciudadanos, y al mismo tiempo se evitaría la temprana degradación ecológica del planeta.
La industria del plástico atraviesa por una etapa de innovación en el territorio colombiano, dado que hoy día los empaques creados a partir de este material, generalmente rechazado por ecologistas, combinan tendencias inteligentes que pueden generar considerables impactos económicos y ambientales, siempre que las compañías y los ciudadanos sean conscientes de la importancia que tiene su cadena de reciclaje.
Implementar el ciclo de reprocesamiento con los objetos plásticos una vez que son desechados puede representar grandes ganancias para los sectores productivos, la directora general del Instituto de Capacitación e Investigación del Caucho y el Plástico (Icipc), María del Pilar Noriega, explicó que los establecimientos comerciales están ofreciendo productos de óptima calidad obtenidos gracias al reciclaje de polímeros.
Piezas para autos, artículos que emulan cortes de madera y accesorios domésticos son solo algunos de los derivados que se pueden fabricar con materia reciclada del plástico. “Que sean objetos creados con base en residuos no quiere decir sean de mala calidad”, subrayó la representante del Icipc.
Y agregó: “Existe una mala percepción en torno a estos objetos, pero se pueden desempeñar perfectamente, y el consumidor no notaría que están hechos de materia reciclada”.
“Hay materiales que desde el diseño se pueden concebir para reciclar o para ser biodegradados, o si finalmente hablamos de recipientes para sustancias peligrosas, queda claro que el material no sería destinado para reprocesar, sino para generar energía a través de esos desechos”, explicó la directora Icipc.
Según la directora, cada elemento fabricado en plástico que se lanza al mercado debe tener clara su implementación final antes de llegar al consumidor. Desde su óptica, esa es la corriente por la cual comienza a transitar Colombia, en el entendimiento de las diferentes aplicaciones para cada categoría de este material, que al ser destinado al reprocesamiento también contribuye a la sostenibilidad de los ecosistemas.
En el presente, las tendencias mundiales se inclinan por los empaques creados a partir de fusiones plástico-papel, cuya mezcla extiende la vida de los productos que alberga facilitando así las intenciones comerciales de los exportadores, quienes pueden ofertar sus productos por más tiempo antes de que pierdan su frescura. De igual manera, los empaques innovadores inciden en la conservación ambiental.
“El tema de la sostenibilidad tiene que ver con la no contaminación al ecosistema de las generaciones que vienen, es decir, no vamos a dañarles su espacio. El país tiene unos indicadores bonitos, puesto que un tercio de todo lo que se consume en materiales plásticos tiene un verdadero proceso de reciclaje”, resaltó la Noriega.
Según las cifras suministradas por el Icipc, Colombia recicla anualmente el 35% de los elementos creados a partir del plástico, Noriega indicó que básicamente en el continente americano los niveles de reprocesamiento son parejos. Brasil recicla el 40%, Estados unidos 30% y México recicla hasta un 50% en poliester.
Pocas veces una práctica productiva cuenta con la doble ventaja de ser rentable y al mismo tiempo ser beneficiosa para los ecosistemas. Los recipientes plásticos avanzados permiten la generación de un circulo virtuoso económica y ambientalmente hablando, es por esta razón que a juicio de directora del Icipc, se debe trabajar aún más en los hábitos de reciclaje.
“Necesitamos apoyo en lo educativo, empresarial y gubernamental para que la mayor parte de los materiales sean concebidos pensando en su disposición final. Si queremos conservar la belleza del país desde ya tenemos que ser conscientes de esto, y no solo es una tarea para el plástico, también para metales, papel y a vidrio”, consideró Noriega.