El reflujo gastroesofágico es una enfermedad provocada por el consumo de ciertos alimentos y bebidas como la comida picante, cebolla, productos cítricos, derivados del tomate, alimentos fritos y grasosos, menta, chocolate, alcohol, café. Pero también puede ser desencadenada por el exceso de peso o el embarazo. 
Por eso el grupo de Gastroenterología de la Clínica Mayo recomienda unas acciones que se pueden realizar desde la facilidad de los hogares. Esta es una lista de recomendaciones a tener en cuenta para la reducción de la acidez estomacal, sobretodo ahora que llega la época de Navidad en la que aumentan los consumos de alimentos y bebidas alcohólicas: 

• Mantener un peso sano: El exceso de peso hace que se ejerza presión sobre el abdomen y empuje el estómago, lo que ocasiona que el ácido regrese al esófago. Si tiene un peso sano, manténgalo. Si tiene exceso de peso, trate de perderlo lentamente, aproximadamente un kilogramo por semana. 
• Evite usar ropa apretada: La ropa que aprieta alrededor de la cintura ejerce presión sobre el abdomen y el esfínter esofágico inferior.
•  Evite alimentos y bebidas que desencadenan la acidez estomacal: Cada uno tiene sus desencadenantes específicos. Los más comunes como la grasa o la comida frita, las salsas a base de tomate, el alcohol, el chocolate, la menta, el ajo, la cebolla y la cafeína pueden empeorar la acidez.
• Ingiera comidas más pequeñas: Evite comer en exceso e ingiera comidas en menor cantidad.
• No se acueste después de comer: Espere por lo menos tres horas antes de recostarse o de ir a dormir.
•  Eleve la cabecera de la cama: Si con regularidad tiene acidez estomacal por la noche o mientras intenta dormir, coloque trozos de madera o ladrillos de cemento bajo las patas de la cama, a fin de que el extremo de la cabecera se eleve unos 15 a 23 centímetros. Tenga en cuenta que elevar la cama con más almohadas no resulta eficaz en estos casos.
• No fume: Fumar reduce la capacidad del esfínter esofágico inferior de funcionar adecuadamente.
• Evite consumir alimentos después de haber cenado.
• Intente ocasionalmente con antiácidos de venta libre: Estos productos pueden neutralizar temporalmente el ácido del estómago y aliviar la acidez. No obstante, el consumo prolongado o excesivo de antiácidos que contienen magnesio puede producir indigestión, y los productos a base de calcio o aluminio pueden causar estreñimiento.

En muchas ocasiones la ansiedad y el estrés pueden empeorar los síntomas de acidez, por esta razón existen algunos tratamientos alternativos que pueden ayudar a lidiar con estos trastornos y de paso con la acidez:

•  Aromaterapia.
•  Ejercicio suave, como caminar o montar en bicicleta, pero se deben evitar los ejercicios vigorosos, ya que estos pueden empeorar el cuadro de acidez.
• Escuchar música.
• Realizarse masajes.
•  Tener una rutina de técnicas de relajación.

Si bien la acidez estomacal ocasional es algo común y no es un motivo de alarma, ya que la mayoría de las personas logran controlar bien las molestias que provoca; se debe consultar a un médico si los síntomas continúan después de usar los medicamentos de venta libre, si presenta dificultad para tragar, si tiene náuseas o vómitos constantes o si pierde peso debido a que tiene poco apetito o se le dificulta comer. 

¿Por qué regresa la comida al esófago?
En condiciones normales, el esfínter esofágico inferior cierra el extremo inferior del esófago y lo abre para permitir el paso de alimentos al estómago; luego, vuelve a cerrarlo. Cuando el músculo se relaja de forma anómala o se debilita, los contenidos del estómago pueden regresar e irritar el esófago.
La acidez estomacal ocasional es algo común y no es motivo de alarma, pues la mayoría de las personas logran controlar bien las molestias. Sin embargo, si es frecuente e interfiere con la rutina diaria puede ser un síntoma de algo más grave que requiere asistencia médica.
Debe hacerle seguimiento a la frecuencia con que siente acidez estomacal y buscar ayuda de inmediato si siente fuerte dolor u opresión en el pecho, especialmente acompañado por otros signos y síntomas, como dolor en el brazo, la mandíbula o dificultad para respirar. Este dolor puede relacionarse con un ataque cardíaco.