Imagen Velada es el título de la exposición de Caroline Peña, artista inglesa radicada en Bogotá, que desde el pasado miércoles 22 se puede apreciar en  la Galería de la Oficina. Así parezcan pinturas, por la textura que el público puede apreciar cuando está frente a las obras de la creadora, interesada por temas como la memoria y el espacio arquitectónico, se trata de una serie de fotografías de ventanas opacas, generalmente relacionadas con espacios de poder.
La arquitecta Clara Arango, asistente de Alberto Sierra (Q.E.P.D), explicó que el resultado de la obra de Peña, una obra que se interesa por quienes están detrás de las ventas, “clase silenciosa que soporta el país”, es una imagen velada, ventanas enjabonadas de edificios de poder históricos en Colombia.
Esta exposición es la continuación de la programación que haía propuesto para este 2017, Alberto Sierra, quien fuera el curador de la obra de Peña en Medellín, para la celebración de los 45 años de la Galería. Arango señaló que de la programación trazada por Sierra se continuará con una exposición de Jesús Abad Colorado y están “estudiando la posibilidad de otras más”.

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Fotografías de Imagen Velada 
“El título, que hace referencia a la ‘forma aparente’, distinta a la ‘forma real’, devela la intención de enfrentar al espectador con lo opaco, lo irresoluto y fluctuante de la historia del país”, precisó al respecto Ana Patricia Gómez, quien planteó la reflexión curatorial del texto que articula esta muestra.
En el texto para la exposición, Peña indicó que “ampliadas a un tamaño real y desprovistas de los detalles más dolorosos que caracterizan la historia de Colombia, estas ventanas utilizan el efecto borroso del jabón sobre el cristal para presentar una realidad abstraída que nos facilita acercarnos a una historia violenta e inconcebible. Liberadas del ruido propagandista y polémico de la prensa, aquí la historia y la política siguen sin resolverse y quedan atascadas en un proceso de cambio que aún no concluye”.
 “Vemos el interior de una ventana; estamos en el interior del Capitolio Nacional de Colombia. El edificio, sede del Congreso, fue comenzado en 1876 bajo orden del presidente Tomás Cipriano de Mosquera y terminado 40 años después.  El marco interior en madera, burdamente pintado de color café, nada revela del lugar histórico; solo aparece como una sombra la fantasmagórica imagen del Ministerio de Justicia situado al frente, en la Plaza de Bolívar”, reseñó Gómez. 

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Así como esta ventana, también fotografió las de otros sitios de poder: el periódico El Tiempo, el  periódico El Espectador, la suite presidencial del histórico Hotel Tequendama, la Revista Semana, el Museo Nacional, el Edificio Vengoechea, un avión 727-21 de Avianca, el Museo Nacional.
“Al ubicarnos sobre la fachada interior de algunos edificios emblemáticos, testigos mudos del pasado, Peña Bray desafía al espectador en tanto que lo posiciona como el encarnamiento de un agente simbólico: Otro”. Ya no somos nosotros los que enfrentamos un campo visual infinitamente detallado y vacío.  Somos el medio por el cual el “Otro” actúa y habla” agregó el texto curatorial.
“¿Seremos entonces nosotros mismo el meta-observador que construye los significantes en la obra de Peña Bray? Significantes que, cubiertos de una película de jabón, no están bien definidos, son, como nosotros, evanescentes y mutantes”, concluyó Gómez.