Células madre revolucionan la odontología
Se trata de una técnica en la que es poco probable que haya rechazo por parte del paciente, ya que se utilizan sus propias células madre.
Una ventaja más para la utilización de las células madre es su impementación en la odontología, que ha terminado por convertirse en un gran aporte para aquellos pacientes que han perdido sus dientes.
Esta técnica, en la que trabaja el odontólogo y cirujano oral Emerson Tourné es útil para quienes no tienen la densidad ósea suficiente, es decir, que el hueso es seco o esponjoso.
A partir de las células madre y una técnica nueva llamada tomografía en 3D, con una impresión digital se crea el modelo en el que se va a trabajar, evitando, de esta manera, tres cirugías.
Sobre ese modelo se crea el implante y se pone. “Encima del implante que ha perdido tanto hueso se le pone un tapizado de células madres para que el tejido crezca en el futuro como si fueran raíces de árboles”, explicó.
El tratamiento puede realizarse incluso en pacientes de edades avanzadas. En el caso de los niños también es posible, aunque ellos todavía están en fase de crecimiento y desarrollo.
La ventaja de esta técnica es que no hay rechazo, debido a que las células madre son del paciente al que se le realiza el procedimiento. “El implante en sí es un material de acero quirúrgico, con el que sí puede ocurrir, debido a que es un cuerpo extraño”, comentó. Sin embargo, no hay mayores complicaciones porque en caso de rechazo lo que ocurre es “que se hace una bolsa, lo enquista y lo saca. No va a existir nada riesgoso”, aseveró.
Durante los ocho años que lleva Tourné desarollando este procedimiento ha obtenido buenos resultados y para que esto se pudiera realizar pasaron más de 30 años de investigaciones.
Entre las cosas positivas, mencionó Tourné, es que se reducen los costos respecto a las tres cirugías que se debían realizar con métodos anteriores. El precio del procedimiento es de $30’000.000.
“Hay pacientes que quedan desdentados muy jóvenes y, al perder los dientes, los huesos se absorben al máximo y no caben tornillos, por lo que se desarrolló una técnica denominada yuxta-óseos, que están sobrepuestos entre el hueso y la encía”.
Para hacer este tipo de implantes había que hacer impresiones directamente del hueso. “Ahí viene otra técnica que se la aplicamos a las células madre”, comentó y continuó con que antes se abría, se tomaba la impresión, se llevaba al laboratorio y se fundía el modelo. Después de eso se hacía un aparato en una parte específica para que se pudiera sostener. Si estaba bien se cerraba y se hacía una tercera operación.
El hecho de que la técnica haya avanzado representa aportes en varios sentidos: “El manejo psicológico es violento, porque normalmente una persona que tenga una dentadura que se le caiga a la hora de la comida o cuando está hablando es terrible, entonces que tenga alguien un trabajo fijo y que pueda estar más seguro al sonreír o al hablar puede aumentar su autoestima y la estética”, aseveró.
Rafael Álvarez es paciente de Tourné hace dos años, quien destacó que con las células madre las piezas dentales que tenía flojas en la parte inferior volvieron a tomar fuerza.
“Es muy buena y práctica la técnica. El tratamiento quedó espectacular. Antes tenía dudas, pero me ha gustado mucho el resultado”, dijo.
Por su parte, Luigi Bravo Morello, otro paciente, manifestó que lleva un año en tratamiento y que su caso se ha resuelto en un 90%.
Aseguró que “los doctores me decían que no me podían poner prótesis, pero mediante esta técnica me fortalecieron el hueso y me hicieron el tratamiento. Es una buena alternativa, el uso de células madre es una gran opción”.
Tourné explicó que “cuando uno cumple 28 años las células madre se duermen, pero cuando se aplican factores de crecimiento y células pluripotenciales comienzan a activarse de nuevo creando partes de tejido en donde se necesite”, siendo esto una ventaja.
La utilización de células madre, según él, es útil para procedimientos en varias partes del cuerpo y esta posibilidad comenzó a explorarse hace varios años, pero hace diez, “unos italianos encontraron células madre en algunos nervios dentales y se crearon unos bancos para el futuro. Más adelante se encontró que en diferentes partes del cuerpo existían estas células madre que se podían utilizar y en zonas en las que era fácil el acceso”.