No es del todo lejano que a alguien se le ocurran ideas brillantes que desinstitucionalicen el camino de lo ya andado
Cuando los denominados “viudos del poder”, no son capaces de entender y de superar el hecho de que ya pasó su cuarto de hora, hacen lo decible y lo indecible por tratar de volver al curubito, haciendo cualquier tipo de artilugios y jugadas políticas, estrategias todas que bordean los límites entre la legalidad y la ilegalidad.
Retomemos una reflexión que hacía Alejandro Justiparan el 5 de agosto de 2012, con respecto a la estrategia del Justicialismo, cuyo líder y aspirante a la Presidencia de Argentina era Juan Domingo Perón, para como, a través de un esguince político-electoral, podría burlar una restricción legal para presentarse como candidato presidencial, colocando como títere a Héctor Cámpora, personaje genuflexo y hombre de confianza dentro de las huestes peronistas.
“La estrategia de Lanusse de imponer una salida política ordenada y condicionada por medio del Gran Acuerdo Nacional fracasó. El GAN proponía un acuerdo entre las principales fuerzas políticas a fin de restablecer las reglas de juego electoral, organizando una ‘salida honorable’ para la ‘revolución argentina’. La negativa de Perón a negociar un acuerdo político con los militares, la creciente movilización de los sectores populares y las acciones de grupos guerrilleros precipitaron el llamado a elecciones sin la proscripción del peronismo, algo que no ocurría desde 1955. Quedaba, sin embargo, una última posibilidad para impedir la llegada del Gral. Juan D. Perón al sillón presidencial. La ‘cláusula de residencia’, negociada precipitadamente en la reglamentación del acto electoral, se orientaba en esa dirección al prohibir la candidatura de quienes no hubieran estado residiendo en Argentina con anterioridad a agosto de 1972.
La respuesta del peronismo fue desafiante: la consigna de la campaña electoral sería: ‘Cámpora al gobierno, Perón al Poder’”.
En diciembre de 1972 durante su corto retorno a la Argentina, Perón había designado a su delegado Héctor J. Cámpora para que encabezara la fórmula del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), junto al conservador Vicente Solano Lima. A partir de ese momento, la izquierda peronista, agrupada en la Tendencia, tomó el control de la campaña electoral. ¿Se acercaba “el fin del sistema demoliberal, burgués y capitalista”?
Cámpora contaba con el apoyo y la simpatía no sólo de la Juventud Peronista (JP) -que lo había apodado cariñosamente “el Tío”- sino también de sectores más amplios del espectro político y social que pugnaban por una transformación económica y social atenta a las demandas de los sectores populares y del capital industrial nacional.
El 25 de mayo Héctor Cámpora asumió la Presidencia de la Nación en un clima de intensa algarabía popular. “se van, se van y nunca volverán” era la consigna coreada en las calles por las multitudes que sabiendo que la movilización popular había forzado la salida de los militares del gobierno, festejaban el fin de la dictadura y, en su mayoría, el retorno del peronismo al poder después de 18 años de proscripción. Parecía que había llegado el tiempo de la transformación social que pondría fin a los privilegios económicos y a la dependencia del capital extranjero… Esa misma noche una enorme multitud se dirigió a la cárcel Villa Devoto imponiendo de hecho la liberación inmediata de todos los presos políticos, en su mayoría dirigentes sindicales y militantes de las organizaciones guerrilleras. Montoneros se cobraba rápidamente el precio de la victoria (días después el Congreso aprobó una ley de amnistía). El 25 de mayo de 1973 fue, sin lugar a dudas, una jornada histórica. Las expectativas de la Juventud Peronista -actor político clave de este proceso- se vieron satisfechas en gran medida”.
Cámpora logró establecer un gabinete con algún equilibrio entre las distintas fuerzas peronistas. Su gobierno, conocido como “la primavera camporista”, duró solo 49 días, ya que renunció al cargo el 13 de Julio. Perón había regresado de manera triunfal en junio, a pesar de la masacre que se había presentado en el aeropuerto para su recepción, por parte de sectores de la derecha contra las masas de la Juventud Peronista que habían ido a recibir al líder.
“Todos estos acontecimientos precipitaron a una nueva convocatoria a elecciones y el inicio del camino de Perón hacia su tercer período presidencial”.
Este pequeño recuento debe refrescar la memoria de los adultos y debe servir de estímulo a los jóvenes que desconocen estos vericuetos de la política, independientemente del grupo social y del escenario geográfico donde se presenten pugnas por el poder.
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Como en mi amada Colombia, el país del Sagrado Corazón, todo puede suceder, es importante que al menos estemos enterados de los malabares de la Real Politk, pues no es del todo lejano que a alguien se le ocurran ideas brillantes que desinstitucionalicen el camino de lo ya andado.
Recuerden que por las tierras de Macondo, la realidad, supera a la ficción.
Sigamos insistiendo en la necesidad de dotar a Medellín de un verdadero y adecuado Centro de Espectáculos.