Luego de cinco asambleas estudiantiles para discutir la propuesta de acuerdo que buscaba modificar el estatuto estudiantil, los universitarios decidieron entrar a paro. Con la propuesta retirada, los movimientos estidiantiles no levantarán el paro hasta no acordar las garantías académicas.
Por medio de un comunicado firmado por la secretaria general del Concejo Superior Universitario de la Universidad Nacional, Catalina Ramírez Gómez, la institución decidió retirar el proyecto para modificar del Acuerdo 44 de 2009, por medio del cual se buscaba modificar el Estatuto Estudiantil de la Universidad.
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Este proyecto, que sucitó una serie de manifestaciones y el cese de actividades en la institución, fue duramente criticado por movimientos estudiantiles que desde el pasado 21 de marzo adelantaron acciones para mostrar su descontento.
“(...)La mayoría de los integrantes del Consejo Superior Universitario ha recibido del señor rector un informe de la situación de anormalidad que viven algunas facultades y este Consejo no puede aceptar que una norma construida en pro de la comunidad estudiantil y orientada al diálogo y el respeto mutuo se convierta en la piedra angular de la confrontación entre estudiantes y de la afectación de las actividades universitarias. Tampoco puede admitir su utilización en favor de intereses ajenos a los de la Academia. Bajo estas consideraciones y a solicitud expresa del señor rector, el Consejo Superior Universitario decide, por unanimidad, retirar el proyecto”, expresó Ramírez en el documento.
Sobre el hecho, Wilmar Ortíz, representante estudiantil, explicó que aunque los estudiantes celebran la medida, el paro no se levantará de inmediato, ya que esta decisión estará sujeta a las garantías académicas que tengan los estudiantes para el retorno a sus actividades. “El lunes se citó a una Asamble Extraordinaria y será allí en donde se discuta el levantamiento del paro”, explicó el estudiante.
Ortíz explicó además que se siente inconforme con la aseveración del CSU en el comunicado cuando se afirma que “algunas personas han rechazado y entorpecido la discusión académica”, cuando, según él, se trata del grueso de la población estudiantil que se ha basado en “razones de peso” para rechazar esta propuesta y, por el contrario, lo que se ha buscado ha sido un diálogo.