Barbosa está ubicado “en un lugar privilegiado para la industria”, según señaló Carlos Julio Ramírez, secretario de Planeación e Infraestructura de este municipio: “es un territorio muy competitivo, hay tierra sembrada en madera, está cerca al Nordeste y al Norte, territorios ricos en maderables. Además, es un sitio estratégico por su cercanía con Medellín. Eso genera una muy buena conectividad al estar cerca de proveedores y clientes”.
A mediados del siglo XX, Barbosa tuvo un acelerado desarrollo industrial debido a que  empresas de la industria papelera y textil se instalaron allí. Actualmente no hay grandes firmas textiles en este municipio, pero la maquila ha tomado fuerza, según explicó el funcionario. En cambio, las dos grandes empresas papeleras (Kimberly-Clark y Papelsa) han crecido y se han adaptado a los cambios. 

Textil
Don Matías, vecino al norte, es nacionalmente reconocido por su industria textil, 99% de la cual es maquila, según la administración municipal. Esta actividad ha irradiado a los municipios cercanos, destacando entre ellos Barbosa.
Son pequeñas sociedades, “microempresas familiares que contratan principalmente madres cabezas de hogar y dinamizan la economía local”, señaló sobre esto Ramírez.
Textileras nacionales y del exterior contratan los servicios de empresas maquiladoras. Los confeccionistas se encargan del ensamble de las prendas, el lavado y el empacado. Desde el municipio sale el producto para ser enviado a otros países o para tiendas colombianas.
No siempre la industria textil fue en pequeña escala. Hasta 2010 existió una planta de acabados de Textiles Fabricato-Tejicóndor, la cual fue trasladada a Bello en junio de ese año y liquidada un mes después para pagar deudas. 
Aunque cerró la planta, “se han fortalecido otras grandes industrias como la forestal, la papelera, de aglomerados y maderas, agroindustrial, petroquímicos”, apuntó Ramírez.

Industria papelera
La industria papelera cuenta con dos grandes empresas radicadas en Barbosa: Kimberly-Clark y Papelsa. 
Kimberly tiene una producción amplia: papeles suaves,  productos de aseo personal (pañales, papel higiénico, pañuelos faciales, toallas de cocina y multiuso, toallas higiénicas) y línea institucional. Papelsa, por su parte, está dedicada a la producción de papeles para empaques: cajas de cartón.
El primer Informe de sostenibilidad de la industria papelera en Colombia publicado en 2017 por la Cámara de Pulpa, Papel y Cartón de la Asociación Nacional de Industriales de Colombia (Andi) evidenció que en 2015 esta industria aportó el 2,5% del PIB industrial y el 0,5 % en el PIB nacional. Además, el 85% de la producción en papel y el 99% de su producción de pulpa fueron vendidas en el país. 
El mercado local “ha venido creciendo, y promete un comportamiento muy favorable en los próximos años. Por un lado, dentro del segmento de papel y cartón se presenta un crecimiento importante de los papeles suaves. Por otro, aunque los papeles de imprenta y escritura presentan tasas de crecimiento más moderadas, las estadísticas muestran que sigue habiendo una preferencia por el consumo de papel”, señala el Informe.
Ramírez comentó que esta es actualmente la industria más fortalecida en Barbosa. Precisamente Papelsa, desde el segundo semestre de 2017, va a “tener la máquina de producción de papel más moderna y competitiva de Colombia”, indicó su presidente, Hugo Castillo. 
Según resaltó el Informe, la producción papelera en Colombia viene principalmente de madera de pino y eucalipto (33%) y fibras secundarias (63%). Las fibras secundarias son básicamente papel reciclado: en 2015, el 41% del papel y cartón fue recuperado.
Papelsa, desde hace 9 años, trabaja exclusivamente con papel reciclado, destacó Castillo y agregó que han logrado 19% de reducción de la huella en los últimos cinco: “Siempre estamos buscando cómo emitimos menos carbono a la atmósfera”.
Colombiana Kimberly S.A. no trabaja con material 100% reciclado, pero también busca tener un impacto benéfico para el medio ambiente y para la comunidad. Por esto, ambas empresas hacen parte de la Corporación Pro Aburrá Norte, un grupo de firmas asociadas por el desarrollo de la región, especialmente enfocada en temas sociales y medioambientales.

Responsabilidad medioambiental
“Hace 40 años un número importante de empresas de la zona decidieron participar y apoyar el desarrollo social de la zona. Las empresas textileras fueron pioneras”, explicó la directora ejecutiva de Pro Aburrá Norte, Gladys Madrid, quien aclaró que actualmente la única empresa textil asociada es Fabricato.
Madrid afirmó que estas empresas “no sólo cumplen estándares ambientales sino que han avanzado en  procesos de compensación de huella de carbono. Las empresas han estado tomando medidas para enfrentar la emergencia ambiental actual: teletrabajo, bicicletas, vehículos compartidos; pequeñas acciones que contribuyen a mejorar la calidad del aire”.
Pese a esto, la percepción de algunos habitantes de Barbosa sobre el papel de la industria en la contaminación medioambiental no es positiva. Maryeli Zapata, comentó que “todas la mañanas una espuma blanca sale de las empresas que están al bordo del río Medellín. Eso no lo investigan ni las autoridades hacen nada”.
Castillo respondió que es por todos los vertimientos que hacen al río durante su recorrido, principalmente detergentes, “esto va aumentando a medida que el río avanza. En Barbosa por el movimiento del agua se genera esa espuma. Es bueno porque oxigena, pero es malo visualmente”.
“Mientras no entre en funcionamiento la planta de tratamiento de aguas ubicada en Niquía el río va a tener altos niveles de contaminación”, puntualizó Ramírez y agregó que las empresas asentadas al margen del río Medellín “han venido trabajando para hacer control periódico”.
Madrid destacó que hace 15 años las empresas firmaron un convenio denominado Producción y consumo sostenible para evitar el vertimiento de contaminantes a las fuentes hídricas, “no es que no viertan, si no que vierten sus aguas tratadas”.
Castillo señaló que Papelsa va “a tener una planta, guardando las proporciones, con el mismo concepto técnico de la central de Niquía, para entregar un agua mucho más limpia de la que entregamos ahora al río Medellín”. 
“La palabra clave es sostenibilidad: no hay sostenibilidad si la zona no se desarrolla y la zona no se desarrolla si las empresas no se sostienen. Es un equilibrio permanente”, concluyó Madrid.