Arte urbano para no olvidar

Autor: Gabriela Ranowsky González
12 enero de 2017 - 12:00 AM

En Bogotá, frente a la estación Rionegro del transmilenio, reposa un mural con el retrato de Rafael Uribe Noguera, el confeso asesino de la niña Yuliana Samboní, junto a Luis Alfredo Garavito, perpetrador de más de 200 asesinatos de niños.

Bogotá

El pintor Émerson Cáceres, mejor conocido en el medio artístico como Cacerolo, ha causado conmoción en las calles de Bogotá por su más reciente mural donde plasmó el retrato de Rafael Uribe Noguera, el confeso asesino de la niña Yuliana Samboní, junto a Luis Alfredo Garavito, considerado el mayor asesino en serie de niños del mundo.

En su dibujo se puede ver el rostro sonriente de Uribe Noguera y en su frente está escrito en letras mayúsculas el nombre de “Yuliana”. En el mismo espacio, más pequeño, está la cara de Luis Alfredo Garavito, conocido por haber cometido  más de 200 asesinatos a niños en la década de los 90’.

Como todas las obras de Cacerolo, realizadas en blanco y negro, destaca el color rojo sobre los labios de los personajes dibujados, dándoles un carácter más dramático y “exponiendo su lado negativo”. 

“Siempre que salgo a pintar a la calle es por algún sentimiento que me mueve. Es mi forma de protestar. No soy muy bueno para escribir o dar un discurso, mi forma de expresión es la pintura. Es esa necesidad que tengo de dar a conocer lo que siento y pienso como artista y como ciudadano”, explicó  Cáceres.

Además, enfatizó que en el caso de su última pintura (la de Uribe y Garavito) sintió “gran indignación, porque era una situación que ya había ocurrido en el pasado con Garavito y ahora sucede de nuevo con Uribe Noguera, y no hemos hecho nada para impedir que algo así vuelva a ocurrir. Somos una sociedad con memoria a corto plazo en este tipo de temas”.

Es por esto que Cacerolo pintó este mural “para que la gente no se olvide y que este tipo de situaciones no queden en la impunidad”.

Hace dos años que Cacerolo empezó a incursionar en el arte urbano, puesto que luego de probar en distintas galerías, se dio cuenta que su trabajo generaba más impacto si lo hacía a gran escala en la calle, tomando como referente espacios como el conocido barrio de Wynwood en Miami, Estados Unidos.

“Salgo con un marcador, mis pinceles y las pinturas de esmalte”, eso es lo que este artista plástico utiliza para lograr sus murales de calle. “Mi trabajo es monocromático”, agregó.

Cáceres explicó que el arte urbano se caracteriza por ser un dibujo que tiene un significado, “es algo que al mirarlo entiendes lo que estás viendo” y que es agradable a la vista y que “embellece el ambiente”, a diferencia del grafitti, que “ensucia las paredes con letras y rayones que nadie entiende y eso es vandalismo”.

“Hay grafiteros que hoy se han convertido en grandes artistas urbanos, porque se han dado cuenta que pueden conseguir apoyo de la parte gubernamental” y mostrar su trabajo legalmente.
Para conocer más de los trabajos de este artista puede ingresar en sus redes sociales de Instagram y Facebook como @caceroloart.

 

Sobre el artista

Émerson Cáceres nació en Bogotá hace 38 años. Estudió publicidad en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Desde niño, gracias a su madre, la artista plástica María del Carmen Castillo, se interesó por el dibujo y aunque no lo estudió, lo aprendió de forma empírica convirtiendo la pintura en su pasión.

Su fuerte, como se puede apreciar en la mayoría de sus obras, es dibujar retratos, técnica que como el mismo Cacerolo afirma, “representar la figura humana, en especial el retrato, es uno de los trabajos más difíciles, hasta para los artistas de profesión, por eso siempre me llamó la atención hacerlo”.

Pintores como Diego Velázquez y Rembrandt han sido fuente de su inspiración.

 

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