Una de las condiciones para servir bien a una región es conocerla bien, entendiendo por tal la aprehensión de sus carencias, de sus vocaciones, de sus fortalezas, de los sueños de sus gentes. No basta con visitarla con fines recreacionales o proselitistas, hay que adentrarse en el alma de los pueblos para determinar el camino para su progreso y bienestar. Pero también hay la opción de apoyar a quienes saben de eso, a quienes han demostrado voluntad de servicio, aportando recursos, ideas, trabajo y desinterés personal, todo lo cual es importante de la mano de buenos controles ciudadanos.
El CSU ha elegido a un nuevo rector para la Universidad de Antioquia, de entre siete candidatos, muy comprometidos todos con la vida de la institución. La ventaja que sobre los demás tiene el doctor John Jairo Arboleda, el elegido, es el amplio recorrido que ha hecho por el Departamento buscando argumentos para el diseño y la fundación de sedes descentralizadas de la Universidad. De ese recorrido debe haberle quedado conocimiento suficiente para apoyar la dirección de los destinos de Antioquia desde la Universidad, quen debe ser el núcleo de todas las decisiones que se tomen, siendo nuestra alma investigadora.

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La educación ha ido perdiendo espacio frente a las nuevas formas de ascenso económico y social, mas rápidas y efectivas que la academia. Por otra parte, la misma Universidad se ha visto afectada por administraciones nefastas y muy pocas acciones de intervención y mejoras de los organismos de control, salvo uno que otro hallazgo que parecen mas bien tretas electoreras para terminar de desprestigiar a un rector, pero que pesan enormemente sobre su buen nombre. Lo peor es que nadie exige claridad, ni desde los estamentos universitarios, ni desde la Administración, ni desde la sociedad.
Se va un rector que, contra todo pronóstico, culmina su gestión con cuestionamientos serios. El nuevo tiene a su favor una trayectoria de conocimiento y servicios tanto a la misma Universidad como al Departamento: es egresado y por lo tanto conoce el sentir de los estudiantes; fue profesor y decano de Ciencias Agrarias, lo cual lo pone en condiciones de afrontar el trabajo pesado; su paso por Regionalización lo hace el prospecto ideal para darle a Antioquia lo que necesita y se merece. Pero además es un hombre de vida sencilla y maneras amables, a quien no le será difícil interactuar con estudiantes, profesores y autoridades.
No tiene el doctor Arboleda Céspedes excusas para no ser un buen rector. Su paso por la vicerrectoría general tuvo que haberle proporcionado elementos de juicio para hacer una buena gestión que le alcance aún para ayudar al Departamento a ver realizada la promesa incumplida de su gobernador en lo de la universidad digital, que bien puede ser un proyecto del Alma Mater. El nuevo rector trae grandes expectativas fundadas en su trayectoria y ojalá su gestión esté exenta de los errores que arrastramos. Señor rector, Usted puede devolvernos la esperanza. Que su gestión tenga buen viento y buena mar.

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