La televisión es el medio de comunicación que educa o maleduca a nuestra población.
Uno sueña ilusiones y fantasías pero la realidad es contraria. Yo he soñado que nuestra excelente ministra de Relaciones Exteriores adelante una campaña mundial explicando cómo la realidad actual de la televisión es el medio de comunicación que educa o maleduca a nuestra población. Ese medio maravilloso de comunicación sin querer queriendo es la guía para toda la población, pero el problema real es que es un ‘negocio’ de unos pocos, al mismo tiempo que enseñan en forma muy mediocre a todas las nuevas generaciones.
Lo real es que nuestras nuevas generaciones se forman en el medio de la televisión, la que enseña a cometer delitos y cómo son las formas de evitar ser capturados por las autoridades de nuestro gobierno.
Diariamente en nuestra televisión se invierten millones y millones en publicidad, la que solo llega a consumidores irresponsables que no son educados correctamente, ni por sus padres y menos por el negocio de la publicidad televisiva, la que solo rinde resultados a quienes ‘invierten’ en esa publicidad que sólo beneficia a los dueños de ese medio de comunicación, la que realmente no está educando a las nuevas generaciones.
El Ministerio de Educación debería ser el dueño real de ese maravilloso medio de comunicación y que controla a toda nuestra sociedad. Nuestros educadores deberían ser los controladores del medio que está formando en realidad toda nuestra población infantil pero inclusive en los horarios nocturnos se debería pasar una programación educativa e inteligente y especialmente divertida y no ser un simple negocio para los pocos dueños de la actual televisión.
Hay estudios estadísticos que muestran que la mayoría de los delincuentes aprenden sus estrategias en los noticieros de televisión y en esos programas que transmiten que solo rentan utilidades económicas para los propios actuales propietarios cuando la televisión debería educar a toda la población en forma alegre y divertida.