La vez pasada hablamos de quiénes eran los dioses, hoy lo completaremos hablando algo más sobre el budismo, creencia, forma de vida que es ¡bien extraña para nosotros los elementales occidentales!

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Por ejemplo, nos es difícil comprender la razón del sacrificio de sí mismos que hacen algunos budistas convirtiéndose voluntariamente en hogueras vivas.

Acaso conocer algo de su filosofía nos lo explique, aunque no dejará de horrorizarnos y de hacernos pensar también en los horrores que se cometen en Colombia, y que nos hacemos aquí los unos a los otros, en esta tierra tan favorecida por la naturaleza, que tal vez por eso nos permitimos el lujo de no saber ni lo que estamos haciendo.

Hay en Colombia y en el mundo entero mucho de que horrorizarse.

La “pequeña” diferencia consiste tal vez en que los budistas se hacen ellos daño a sí mismos (cosas que ellos no consideran daño).

En el resto del mundo lo más frecuente es que el mal se le haga al prójimo, que por lo visto no es considerado tan próximo, ni igual a uno mismo. Si se hace mal a los propios hijos, incluso olvidando que son parte de nosotros y de la “pareja” que personalmente escogimos.

Pues los llamados matrimonios arreglados como el de Isabel de Castilla y Felipe de Aragón y de tantas realezas, poco existen ya, y menos entre nosotros, que no tenemos noblezas ni nada que conservar, y que hasta los apellidos nos podemos cambiar.

Pero volvamos a lo del budismo, éste, más que una religión es un sistema de vida, una filosofía, una manera de ver las cosas. No tiene dios, ni vida eterna.

Hay millares de budistas en el mundo. Cuenta con más adeptos que cualquier otra religión. Y algo que no sabemos: hay millones de ellos en los Estados Unidos. Y miles en Francia. El centro más importante es la isla de Ceilán. (Índico).

Debemos recordar las centenares de religiones que hubo desde antes del nacimiento de Jesucristo que se supone fue en el Año 1 del siglo I, de estos 21 siglos según nuestro almanaque creado por el Papa Gregorio XIII.

Pues unos 600 años antes de Jesucristo, (siglo VI AC) existió el llamado BUDA (buddha) que en sánscrito quiere decir EL ILUMINADO. Había nacido en Nepal, Norte de la India, era hijo de un rey. Otros de sus nombres fueron: Sakia Muni y Siddhartha.

Desde joven se dio cuenta de la mísera condición física y moral de la gente que lo rodeaba. Quiso ayudar y se puso a estudiar con filósofos, sabios, yogas y brahmanes (sacerdotes de la religión Brahmánica, que existió desde el siglo IX antes de Jesucristo). Hacia el siglo VI AC fue la aparición de Confucio en China y de los Siete sabios en Grecia.

Después de estudiar mucho, Buda partió por el mundo, solo, como un mendigo, para ver y meditar. Después de un largo ayuno con meditación, salió a predicar una nueva forma de vivir.

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Hay que saber que los asiáticos vivían desde tiempos inmemoriales en las más deplorables condiciones, en una tierra improductiva y ardiente.

La vida para ellos era como un castigo (karma) y así la tomaban.

De ese castigo sólo podían librarse con la muerte, para después de algunas reencarnaciones más o menos favorables según su conducta, desaparecer absorbidos por el Dios-Todo.

Como Buda no podía arreglarles sus condiciones de vida, ni cambiar el fondo de sus creencias, quiso al menos enseñarles a NO SUFRIR.

Para ello les enseñó a olvidarse de sí mismos. A no desear, pues desear es la fuente del sufrimiento. La causa del dolor es el deseo. El deseo de poder, de placer, de existir, es el origen del dolor.

Si se extingue, si se mata todo deseo, el dolor no nacerá, no existirá. Para no sufrir es necesario no desear. Les dijo “Sed puros, sed rectos, sed compasivos. Ese es el camino para no querer, para no necesitar nada”.

Buda atrajo muchos adeptos por la austeridad de su vida, por el sentimiento de compasión por la humanidad y por la supresión de la división de la gente en castas que tenía la religión brahmánica.

Buda era un pacifista. Suya es esta frase que se debería grabar en todos los rincones de Colombia: “SI AL ODIO SE RESPONDE CON EL ODIO, ¿CUÁNDO TERMINARÁ EL ODIO?”