¿Cabo de la Vela o de basuras?

Autor: Ramón Elejalde Arbeláez
14 enero de 2018 - 12:08 AM

Es urgente y necesario remediar esta situación, especialmente en las inmediaciones del Cabo de la Vela, antes de que la presencia depredadora del hombre ahuyente a los visitantes.

El Cabo de la Vela, en el municipio de Uribia sobre el mar caribe, es un territorio especialmente desértico habitado por los wayuu (quienes lo llaman Jepirra, lugar sagrado), en compañía de un grupo de emprendedores del interior dedicado a la explotación turística. Se consiguen hospedajes para quienes prefieren las aventuras ecológicas y descansar en chinchorros. Y también es fácil encontrar sitios con mejores comodidades. El caserío es limpio y supongo que lo es por la acción de los lugareños que quieren preservarlo en óptimas condiciones.
Hacía algo más de veinticinco años no visitaba el Cabo de la Vela en la Guajira. De ese lugar exuberante, sobrecogedor, apacible, aislado, misterioso e inhabitado, poco queda. Convertido en un destino turístico, en pocos años ha sufrido una transformación negativa: las basuras, han degradado todo su entorno. 
El turismo descontrolado, la irresponsabilidad e incultura de algunos visitantes, han convertido este espacio en un depósito de objetos contaminantes que lo afean y desvalorizan. Con mis compañeros de viaje viví un fuerte impacto negativo al observar tamaña indolencia de nativos y visitantes, autoridades y empresarios.
El espectáculo doloroso se observa en el regreso a Riohacha: durante varios quilómetros se puede ver a lado y lado de la vía otro mar, un mar de envolturas de cartón, envases de plástico y de vidrio, que bordean las rancherías de los nativos, sometidos a sufrir este atentado de la  incultura de los visitantes.
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No fue el único lugar turístico que sufre semejante situación de abandono. El famoso Río Badillo, inspirador de los juglares vallenatos Rafael Escalona y Octavio Daza, también es inspirador de pánico por sus crecientes alevosas y repentinas. Como si no fuera suficiente, hoy es depósito de basuras y desechos de turistas irrespetuosos con la naturaleza. Los balnearios La Mina y El Mojao, le dejan al visitante respetuoso la dolorosa certeza de que muchos turistas llegan a estos bellos sitios a causar daños y desolación. La Corporación Autónoma Regional del Cesar debería dotar estos lugares de recipientes adecuados para depositar los deshechos que dejan los visitantes, y establecer un programa para reciclaje y disposición final
Es justo reconocer muchas cosas positivas: la bella e imponente ciudad que es hoy Valledupar, limpia, acogedora, progresista. La apacible, bella e impecable población de Patillal, cuna de reconocidos compositores y cantantes de música vallenata como Tobías Enrique Pumarejo, el inmortal Rafael Escalona, Fredy Molina Daza, Octavio Daza Daza, Gonzalo Arturo Molina (El Cocha), José Hernández Maestre y José Alonso Maestre (El Chiche).
Es urgente y necesario remediar esta situación, especialmente en las inmediaciones del Cabo de la Vela, antes de que la presencia depredadora del hombre ahuyente a los visitantes, acabe con el hábitat de los nativos y prive a la humanidad de un lugar tan hermoso.

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Comentarios:

Oscar
Oscar
2018-01-14 11:53:45
Todo lo contrario pude observar en mi viaje a Coveñas. Hacia 15 años no viajaba y me sorprendió la limpieza de los pueblos en la ruta. Antes sabíamos que estábamos cerca a un pueblo por los montones de basura quemándose a la orilla de la vía. Hoy eso no se vé. Regresamos por el Urabá que hace 40 años no visitaba. Me sorprendió lo limpio y organizado que está Necocli. Turbo y Apartadó ya son ciudades. Lo que antes están Barriales ahora son vías amplias, bien pavimentadas. En general Vi avances y mejoría en la calidad de vida de la gente. Y lo mejor los paisajes tan espectaculares. Saben que? Ya no sentí ese olor a podredumbre característico de la costa. Hoy el aire está más liviano.

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